Llevamos meses escuchando hablar sobre una hipotética y revolucionaria Honda CBR1000RR Fireblade que llegaría en 2020, y hay informaciones que parecen indicar que el próximo año sería, por fin, el momento en el que los japoneses reaccionen con una moto a la altura de su competencia en el Campeonato del Mundo de Superbikes.
Según han tenido acceso los compañeros de Cycle World, una patente habría dejado al descubierto la incorporación de alerones en la próxima CBR1000RR, pero a diferencia de los que utilizan la Ducati Panigale V4 R o la Aprilia RSV4 1100 Factory, los de la Honda serían parte de un sistema de aerodinámica activa.
Algo se está cociendo en Japón
Vale que el registro de una patente no signifique nada por sí mismo, pero sobre lo que hablamos hoy hay un gran poso de veracidad. Sabemos que Honda está embarcada en una ofensiva para el WSBK que lleva latente desde hace años, concretamente desde los tiempos en los que la marca japonesa pretendía retener a Jonathan Rea en sus filas.
La Superbike japonesa no llegó nunca, Rea se cansó de esperar viendo cómo los demás ganaban en su cara y el norirlandés se marchó a Kawasaki donde va camino de hacer historia con su quinto título consecutivo.
La paliza que Kawasaki, Ducati, BMW e incluso Yamaha están dando a la firma del ala dorada en el WSBK es mayúscula y todo apunta a que en 2020 habrá una reacción por parte de la fábrica que, según los últimos documentos, incorporaría un sistema inédito de aerodinámica activa.
Por si te lo estás preguntando, la aerodinámica activa está absolutamente prohibida en MotoGP, cuyo reglamento especifica que los apéndices aerodinámicos tienen que responder a unas características determinadas y que, además, siempre deberán ser fijos. En el caso del WSBK esto no se refleja así, no se especifica la prohibición de la aerodinámica activa, pero sí se menciona que deberá ser la misma configuración aerodinámica que equipe la versión homologada para la calle.
Aprovechándose de este pequeño resquicio, en Honda han diseñado un sistema de aerodinámica a la carta. Se trata de un carenado de doble pared con unas formas similares al utilizado por Yamaha en su M1 de MotoGP en 2018. En él se encierran dos aletas a cada lado que se pueden desplegar u ocultar, según convenga.
Por defecto estas aletas estarían desplegadas, consiguiendo un total de cuatro pequeños alerones que gracias a la incidencia del viento sobre ellos generarían carga aerodinámica en el tren delantero y ayudarían a la moto a minimizar el efecto de levantamiento.
En fases de aceleración y velocidad máxima estos alerones se plegarían al ser retraídos por un cable para oponer una menor resistencia frente al aire. El sistema estaría directamente controlado por la plataforma de medición inercial de la moto para saber cuándo debe o cuándo no debe actuar y funcionaría al estilo de los DRS de Fórmula 1.
Este nuevo carenado formaría parte de un nuevo conjunto que no será todo lo revolucionario que podríamos esperar. Previsiblemente en 2020 veamos una nueva Fireblade, pero sin separarse demasiado del concepto actual. Por fuera será completamente nueva pero el motor posiblemente mantenga el mismo bloque de cuatro cilindros en línea, aunque ahora con distribución variable y una potencia que debería superar los 200 CV si quiere tener una mínima oportunidad contra sus rivales.
De nuevo, repetimos que las ideas o los dibujos que figuran en una patente no tienen por qué significar nada a ciencia cierta, pero lo que está claro es que en Honda están trabajando en algo. Algo a lo que Álvaro Bautista le habría tentado porque según sus propias palabras: "Honda viene muy fuerte".
No sabemos ni si habrá una nueva Honda CBR1000RR Fireblade en 2020, si llevará o no llevará alerones o si Bautista se irá con la firma del ala dorada la próxima temporada, pero es evidente que algo se mueve en Japón y nos empieza a poner los pelos de punta.