Aunque ayer fue jornada de descanso para las motos y quad en el Dakar 2015, todos tuvieron trabajo en el vivac instalado en Iquique. Bueno, todos no porque para los pilotos punteros seguro que el día fue más relajado que para aquellos otros héroes inscritos en la categoría de Malles Motos, auténticos Juan Palomo que deben recurrir a su ingenio y a sacar fuerzas de donde no las hay para ir etapa tras etapa.
Pierre Charpin es uno de ellos, que define muy bien lo que debe sentirse en el Dakar, ya que lo denomina como una regata en solitario en el que la arena sustituye al agua. Agua que le hubiese venido bien en la sexta etapa cuando a punto estuvo de quedarse sin moto por un incendio en su tercera participación.
Un poco de gasolina se prendió fuego en el escape de la moto. Me avisó un espectador chileno. Tuve tiempo de lanzarme cuerpo a tierra y apagar el conato de incendio echando arena.En los deportes de motor siempre es así, porque todo puede cambiar en cualquier momento. Hay que estar ojo avizor, siempre a la defensiva. El estrés es permanente.
Pero, ¿qué es lo que busca la gente que se apunta en la categoría de Malles Motos?
Más allá de lo financiero, porque se ahorra mucho al pasar de la asistencia, me encanta la idea que hay detrás de este sistema. Es algo así como correr en solitario. Estás solo toda la semana. Al final del día, ahí ya sí puedes comer con los compañeros, y la verdad es que es genial. Además, cuando compites en Malles Motos, hay que prestar más atención y no arriesgar. No puedes romper nada, porque si no, te toca repararlo por la noche al llegar. Todo ayuda para alcanzar la meta.
Con esta filosofía, Pierre Charpin ha llegado hasta el merecido descanso en Iquique.
La verdad es que lo pasé muy mal en la segunda etapa. ¡Me bebí once litros de agua ese día! Todo muy extremo. La llegada a Iquique también fue complicada, porque ando escaso de repuestos. En fin, puedo decir que el mejor momento fueron los 100 km de dunas para llegar a Copiapó. Esto sí, me dije. Esto sí que es el Dakar.Espero llegar sin mayores contratiempos, porque ya tengo pensado ir a Le Touquet a principios de febrero. ¡Cuando termina uno el Dakar, está más en forma que nunca!
Xavier de Soultrait debutaba el año pasado y este ya está cerca de las 20 primeras posiciones con una intención clara de quedar lo más arriba posible. No quiere sólo llegar, quiere hacer un buen papel porque sus miradas están puestas en hacerse con la victoria de aquí a dentro de cinco años. Ambición no le falta. Y para ello este año viene mucho mejor preparado físicamente y con una mejor montura.
El cambio es espectacular. Me siento genial, y rodar con una moto más potente ayuda muchísimo, sobre todo para pasar las dunas. Además, la experiencia es un grado en este tipo de pruebas. Ahora mismo sé a qué atenerme. El Dakar es la única prueba en la que puedes ir veinte minutos a la máxima velocidad. Alcanzas fácil los 160 km/h en fesh-fesh, pero hay que tener cuidado con las piedras que sobresalen de la arena o los animales que cruzan la pista. Cuando haces enduro, siempre hay árboles que esquivar y casi nunca pasas de 100 km/h.
Eso sí, a pesar de ya conocer el Dakar por dentro, no deja de ser un reto para todos cada vez que van, aunque como decíamos su objetivo está claro.
Es durísimo. La más difícil fue la quinta etapa. Iba con la idea de que la especial tenía 450 km, pero había 60 más. Al llegar al kilómetro 380, creía que me quedaban 20 como mucho para ver la luz al final del túnel. Hasta dejé de beber. Sufrí lo que no está escrito para llegar a Antofagasta y me alegré muchísimo de ver el Pacífico.Mi objetivo es colarme en el Top 20, pero creo que hasta podría aspirar a las 15 primeras posiciones si no tengo contratiempos.
Finalizamos con tres vídeo, el primero de Jurgen Van Den Goorbergh del que hablamos el otro día y que está en la categoría de Malles Motos. Y los otros dos del lugar al que se tendrán que enfrentar hoy las motos en la primera parte de la etapa maratón.