
Los motores de arquitectura V8 no son del todo desconocidos para el mundo de la moto. Sí que son extraños porque no son la norma general. Alguna marca como Boss Hoss se ha lanzado a ellos, y hay quienes disfrutan montándolos en algunas personalizaciones. Pero ya.
Hay un tipo que se llama Max Hazan, y está preparando una auténtica locura sobre dos ruedas. Solo con decir que tiene sello Ferrari y que es un V8 podríamos tener suficiente, pero no. Utiliza el propio motor del Ferrari como chasis. Y seguramente pase a la historia de la ingeniería.
¡400 CV bajo el asiento! Estará disponible en agosto de 2025
Instalar el motor de un coche en una moto es una idea tan magnífica como terriblemente mal puede salir. Muchos lo han intentado, y lo han conseguido como Lazareth o Boss Hoss. Otros han fracasado en el intento, pero Max Hazan está a punto de pasar a la historia de las preparaciones.
La base es un motor V8 de Ferrari. Pero es que no es la base solo de motor, también lo es de chasis. Ha construido la moto a partir del motor, que es lo raro. Lo utiliza como elemento portante, bridas de subchasis de acero más pequeños para la pipa de dirección y la suspensión trasera, lo que reduce el ancho total.
El motor es el HF355, basado en el V8 del Ferrari F355 de 1994. Eso quiere decir que imita su cubicaje de 3.495 cc con CV a 8.250 rpm y un par motor de 360 Nm a 6.000 vueltas. En la F355 Berlinetta este motor llegó a ponerse a 295 km/h; en una moto, más ligera, debería de poder hacerlo a más. A pesar de lo portentoso que parece el motor, la distancia entre ejes de la moto es más bien corta: 1.600 mm, parecida a una enduro.
Un problema común en este tipo de proyectos es la caja de cambios. Para la transmisión, el requisito siempre es el mismo: a pesar de ser un motor de coche, la caja de cambios debe de ser para una moto, con cambio de marchas mediante palanca, dimensiones cortas y un alojamiento propio adecuado para un cigüeñal montado longitudinalmente. El problema: que no existe semejante transmisión.
Pero aquí es donde entra la magia del taller. Max Hazan ha rescatado una de las pocas soluciones que encajan con esa locura: una caja de cambios americana de las ya desaparecidas Motus, una marca que usó motores V4 longitudinales. Esa caja, pensada para una moto, pero con alma de coche, fue la única capaz de encajar en el V8.
Por si fuera poco, la suspensión trasera también tiene su truco: el basculante de doble brazo está montado directamente en el propio grupo del cambio, lo que reduce espacio, refuerza el conjunto y mantiene la estética limpia y agresiva. Especialmente agresiva... La refrigeración también va por su cuenta, con un radiador en posición baja y un diseño que evita sobrecalentamientos sin necesidad de soluciones extravagantes.
Salta a la vista que la moto aún no está acabada. En verdad no le falta mucho, porque faltan los carenados para cubrirla. La presentación oficial y final de este modelo será el próximo 3 de agosto. Y el tipo ya se mofa de que "tiene un estilo muy deportivo, con el espíritu de una Moto".
Si alguien pensaba que la era dorada de las preparaciones había quedado atrás, Max Hazan viene a patear la puerta con este monstruo. No es solo una moto con motor Ferrari. Es una moto hecha de Ferrari. Literalmente. Y cuando ruja por primera vez en la pista, más de uno se va a tener que frotar los ojos.
Imágenes | Max Hazan