Existen cientos de disciplinas distintas en moto. Más allá de MotoGP o competiciones internacionales existen pintorescas exhibiciones que vuelven loco al mundo de las dos ruedas. Tan desconocidas como habilidosas, nos viene al recuerdo MotoGymkhana, como sacarse el carnet de moto pero a lo bestia y a 80 km/h.
MotoGymkahana proviene de Japón, cuna de parte del motociclismo. Sin salir de allí nos encontramos con otra competición tan o más habilidosa, aunque en este caso los protagonistas no son civiles, sino policías. Es el All Japan Police Motorcycle Competition.
Las Honda VFR son las motos favoritas de la policía japonesa, aunque usan las CB1300
Las habilidades de un policía que monta en moto deben estar a la altura de las circunstancias. Desde circular entre vehículos, sortear obstáculos a baja velocidad o estar preparados para persecuciones llenas de adrenalina, su preparación es exquisita y meticulosa.
En nuestro país tenemos el ejemplo de la Guardia Civil, que se prepara durante meses en la Escuela de Mérida con todo tipo de ejercicios para ganar habilidad a lomos de las BMW y Yamaha que tienen en servicio. En Japón los homólogos son los Shiro-bai, agentes de tráfico que montan principalmente Hondas VFR800P y CB1300.
Pues la All Japan Police Motorcycle Competition es tan importante que allí se dan cita pilotos de todas las partes del mundo. Y es que las habilidades que tienen los Shiro-bai son extraordinarias.
Hay que remontarse a 1918, cuando al país nipón llegaron por primera vez las shiro-bai, motos blancas para los agentes de policía metropolitana. Con ellas patrullan y desempeñan los quehaceres diarios de un agente de tráfico, pero hay algo más. También las utilizan para competir en maratones y carreras de relevo de larga distancia.
Las VFR800P son el modelo principal utilizado. Vienen equipadas con radares, sirenas y un altavoz para dar avisos a los conductores. La sport touring se puso en marcha para sustituir a la VFR750F, y bajo su servicio diario llevan una moto con motor de 4 cilindros, 16 válvulas y refrigeración líquida con una potencia de 109-110 CV, con cilindros fabricados con tecnología de cerámica sinterizada. Luego están las CB1300, la 'niña bonita' del parque móvil utilizada principalmente en las competiciones.
Hablamos de una moto con prestaciones de superbike, literalmente: puede acelerar hasta 240 km/h, y su aceleración de 0 a 100 km/h es de ¡sólo 3,1 segundos. Así que para la policía japonesa es todo un arma de doble filo: para perseguir a los amigos del mal y para pasárselo bien en competiciones.
Para ser agente de tráfico y subirse a la moto pasan exámenes muy duros. Pilotar un shiro-bai es un privilegio, ya que la policía japonesa de tráfico dedica mucho esfuerzo a formarlos para evitar accidentes. Así que les someten a entrenamientos que incluyen carreras en formas de ocho, caballitos, aceleraciones, giros en curvas a altas velocidades... Una formación digna de pilotos.
El All Japan Police Motorcycle Competition roza la competición
Y prueba de ello son estos dos vídeos. En el primero de ellos podemos ver el día uno de la competición en el que se dedican a realizar un circuito de habilidad. Más de una decena de jueces para medir al milímetro cada movimiento de los policías japoneses sobre la CB1300. Giros de infarto, calculados al milímetro y combinaciones de aceleraciones y frenadas de lo más precisas.
Para demostrar que no son buenos solo en seco, también muestran su habilidad sobre mojado, manteniendo la misma agilidad sorprendentemente.
Luego podemos ver otro tipo de competición en el que los shiro-bai demuestran sus habilidades en situaciones reales. Hay hasta actuaciones persiguiendo a una sola moto huyendo a gran velocidad, con un manejo milimétrico con técnicas para detenerlo incluso cuando va en moto.
También hacen carreras en forma de ocho, controlando con gran desparpajo las Honda Incluso hacen caballitos como parte del espectáculo mientras el público aplaude y jadea atónico.