
Parece que el culebrón de KTM no tiene fin. Mientras la marca sigue navegando en aguas turbulentas con una deuda de 3.000 millones de euros y sus acreedores aceptan una quita del 70%, Stefan Pierer, su máximo responsable, parece tener la cartera bien llena... Pero para otro proyecto.
Y precisamente eso ha causado malestar en el entorno de KTM, tal y como revela EXPANSIÓN. ¿Cómo es posible que no haya dinero para KTM pero sí para salvar a Rosembauer, el gigante austriaco de equipos antiincendios? Pues eso mismo se preguntan muchos en la órbita naranja.
Pierer invertía en otra empresa mientras KTM estaba en ruina, y eso no ha gustado
Para entender la jugada, hay que retroceder unos cuantos meses atrás. Concretamente a noviembre del año pasado. En ese momento, Pierer Industries AG, el conglomerado de Stefan Pierer, declaró en quiebra a KTM AG y sus dos filiales tecnológicas. La famosa crisis por la que están atravesando.
Los esfuerzos no han sido pocos por parte de KTM, que ha estado trabajando en buscar inversores que salvasen el proyecto. Ya los ha encontrado. De hecho, los indios de Bajaj han puesto 150 millones de euros solo para retomar la producción, que ya está en marcha.
En todo este proceso, Stefan Pierer primero fue relevado de su cargo, pasando de CEO a co-CEO. Poco después, anunció su dimisión. Pero lo que más molesta entre los acreedores es que, mientras negocian perder una parte importante del dinero que se les debe, Pierer ha encontrado recursos para meterse de lleno en otra inversión: el rescate de Rosembauer. Y aquí es donde la historia se pone jugosa.
¿Qué es Rosembauer? Una compañía clave en el sector de equipos de extinción de incendios. ¿Y qué tiene que ver Pierer en esto? Pues, según el citado medio, que a través de un consorcio llamado Robau, en el que también están metidos Mark Mateschitz (sí, el heredero de Red Bull), el banco Raiffeisen y el fondo Invest Unternehmensbeteiligungs AG, Pierer ha tomado el control de Rosembauer.
Ahora hay que imaginarse todo este movimiento entre medias de la crisis de KTM. Es decir, mientras la empresa de Pierer se iba al garete, él invertía en otra. Eso es lo que da a entender el citado medio, que ha molestado a los inversores.
Además, no ayudó precisamente con poco, sino con una inversión de 119 millones de euros. La indignación viene a la hora de entender que KTM estaba en ruina, pero mientras, Pierer ponía dinero para otra compra.
El "no" español El Banco Europeo de Inversiones (BEI), dirigido por Nadia Calviño, tampoco está nada convencido con el plan de reestructuración de Pierer Industries. Según declaraciones recogidas por Expansión, el BEI considera que el plan "impone una carga desproporcionada a los acreedores al tiempo que preserva plenamente los intereses de los actuales accionistas". En otras palabras, los acreedores pierden, pero Pierer sigue adelante con sus negocios sin mayores consecuencias.
La historia es todavía más truculenta cuando sabemos que en abril de 2024 (seis meses antes de la insolvencia de KTM), Pierer Industries pagó un dividendo de 17,1 millones de euros a sus accionistas, de los cuales una parte importante fue directamente a los bolsillos del propio Pierer.
Imágenes | KTM