A partir de este miércoles, 24 de abril, ni los coches ni las motos se libran de no llevar puesto el distintivo medioambiental de la DGT en la capital española.
Si bien en la Dirección General de Tráfico indicaron en un primer momento que la colocación de la etiqueta para las motos era voluntaria, el Ayuntamiento de Madrid sí que obliga en su normativa medioambiental a que lleven el distintivo a partir de la fecha nombrada.
La etiqueta, una forma de romper la estética de la moto
Existe una duda en la comunidad motera acerca de dónde deben poner las pegatinas de la DGT en sus motocicletas. Para responder esta cuestión primero debemos tener claro para qué sirven las etiquetas medioambientales.
Según la DGT, "las pegatinas discriminan positivamente a los más respetuosos con el medio ambiente y son un instrumento eficaz en políticas municipales, tanto restrictivas del tráfico en episodios de alta contaminación como de promoción en nuevas tecnologías a través de incentivos fiscales o relativos a la movilidad y el medio ambiente".
Dicho de otro modo, es la forma en la que los gobiernos municipales quieren castigar a aquellos que circulen con los vehículos más contaminantes y así lo indica en el Plan Nacional de Calidad del Aire y Protección de la Atmósfera (Plan Aire). En Madrid, las motos que carezcan de distintivo serán las que tengan más de 15 años (anteriores a 2003); tendrán que quedarse en sus garajes porque no podrán entrar en la almendra central de la M-30. Una decisión que hizo movilizarse en su día a más de 7.000 moteros.
Para aquellos a los que les corresponda la etiqueta y tengan dudas sobre su ubicación la respuesta es sencilla: en un lugar visible, tal como recomienda la DGT. Esto significa que en aquellas motos que tengan parabrisas o cúpula, será recomendable que la peguen ahí de forma que un agente en un primer vistazo pueda ver qué pegatina lleva nuestra montura.
Si no disponemos de parabrisas, sugerimos varias ubicaciones donde colocarla, aunque también depende del sentido estético de cada uno: en el depósito o cerca del mismo, en el baúl, en una de las maletas, en la horquilla, en el guardabarros delantero, en la parte trasera de la moto debajo del asiento o en una zona visible del chasis.
A la hora de colocar la etiqueta de la DGT, hay que pensar que debe ser un lugar donde evitemos la suciedad y los roces. Aún no sabemos la resistencia de las pegatinas y precisamente por eso debemos colocarlas en un sitio donde pueda estar relativamente protegida. También debemos evitar que no roce contra nuestros pantalones o botas ya que la podemos ir desgastando o incluso despegarla con el paso del tiempo.
Si circulásemos por Madrid sin el distintivo medioambiental y nos detuviese la Policía, la infracción es leve por lo que supondría una sanción económica de hasta 100 euros. Podríamos optar por el pronto pago, si abonamos la cantidad en los 20 días siguientes al momento en que nos multaron.
Clasificación de las etiquetas según la moto
Recordamos que en función de las emisiones contaminantes que genere la moto que tengamos, nos corresponde una de los cuatro tipos diferentes de etiquetas medioambientales:
- Cero: Motocicletas eléctricas con autonomía superior a 40 km.
- Eco: Motocicletas eléctricas con autonomía inferior a 40 km.
- C: Motocicletas homologadas bajo las normativas Euro 4 y Euro 3.
- B: Motocicletas homologadas bajo la normativa Euro 2.
Si aún no tienes la etiqueta puedes informarte en este artículo sobre cómo conseguirla. Para saber cuál le corresponde a tu moto puedes entrar aquí e introducir la matrícula.
Si con las etiquetas medioambientales se soluciona el problema de la contaminación, bienvenidas sean. Sin embargo, uno de los problemas aquí es que la normativa discrimina de igual forma y con las mismas etiquetas a las motocicletas y los coches, cuyas emisiones son mayores (según el tipo de motor). Las motos podrían ser una solución a los problemas de movilidad y polución en Madrid, pero directamente se han demonizado y se han metido en el mismo pack que los coches.