Las algas, nuevo combustible. De un problema de emergencia nacional a mover motos y salvar a todo un país

Las algas, nuevo combustible. De un problema de emergencia nacional a mover motos y salvar a todo un país
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Quién podría pensar que un organismo como un alga podría llegar a ser tan preocupante. Pues lo es; que se lo digan a Barbados, situada en el sureste del mar Caribe. El sargazo, un tipo de alga, se convirtió en un serio problema que llevó al gobierno a declarar la emergencia nacional.

Pero han encontrado una forma alternativa de usarlo: como combustible. Los investigadores de la Universidad de las Indias Occidentales (UWI) han convertido el caos en calma, y han dado con que el sargazo podría ser una fuente lucrativa de biogás.

Ya han patentado la idea

La teoría nos dice que un alga es un organismo con capacidad d erealizar la fotosíntesis y que casi siempre vive en un medio acuático. Para Barbados era simplemente un dolor de cabeza inimaginable; en el Caribe, el primer ministro del país declaró una emergencia nacional debido a la gran cantidad de algas que se estaban acumulando en las costas del país, según Ride Apart.

Ante una situación tan crítica, hasta el turismo empezó a sufrir las consecuencias, y hoteles y centros turísticos tuvieron que empezar a gastar cantidades ingentes de dinero para seguir atrayendo al visitante y alejar a las algas.

¿Es peligroso? Sí, porque el sargazo libera sulfuro de hidrógeno que causa irritaciones, enfermedades respiratorias y otros menesteres insalubres. Pero también es un arma de doble filo que han utilizado en su beneficio; al ser un ser vivo, los investigadores cayeron en la cuenta de que también podría ser utilizadas como fuente de biogás, una forma de combustible alternativo neutro en carbono.

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Casi que lo más curioso es cómo han conseguido extraer el biogás del sargazo: combinando las aguas residuales de las destilerías de ron locales con el estiércol de las ovejas de vientre negro de la isla, que aportan bacterias anaeróbicas clave, han creado un biocombustible capaz de hacer funcionar casi cualquier vehículo.

Una mezcla inesperada que podría revolucionar el transporte. Para hacerlo funcionar solo se necesita un kit que se instala en unas cuatro horas y cuesta 2.500 dólares. A cambio, pueden moverse prácticamente gratis.

Van lejos, porque han registrado la patente y la fórmula mientras siguen desarrollando y probando el biogás derivado del sargazo. De hecho, tienen pensado crear su propia estación de biogás para empezar a aumentar la producción y convertir la basura en tesoro.

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