Aunque no hayamos visto demasiadas unidades en nuestro mercado, la Yamaha SR400 es una moto fantástica. Es todo un icono y un portento de fiabilidad, pero además es una base fantástica para realizar con ella preparaciones de todo tipo.
La que os traemos hoy es muy especial, es una SR400 que gracias a las manos del belga Fred ‘Krugger’ Bertrand (nombrado mejor preparador a nivel mundial dos veces) no sólo ha sacado su lado más racing, sino que además ha disparado sus prestaciones gracias a la implementación de un turbo.
La belleza de la sencillez
Antes de empezar a trabajar sobre la moto, Krugger decidió que la mejor base era una SR400, descartando opciones más modernas como la XSR700 porque quería algo simple, una moto básica y pura. Una moto que ofreciera un amplio abanico de posibilidades a la que extraer el lado más café racer. ¡Y vaya si lo ha conseguido!
Para rizar el rizo, Krugger quería homenajear con esta moto a otro constructor belga, el mecánico de MotoGP Bernard Ansiau que actualmente trabaja para Valentino Rossi pero también lo ha hecho con Wayne Rainey, Kenny Roberts, Mick Doohan, Randy Mamola, Norick Abe y Taddy Okada.
A una moto sencilla como la Yamaha SR400 se le puede sacar un partido increíble si tienes las manos, el gusto y la visión de Fred Bertrand
Con el objetivo de rendir tributo a la carrera de Ansiau, la inspiración ha venido en parte de las decoraciones utilizadas en las Yamaha TZ de los 70 sobre una carrocería que toma el depósito de serie pero lo estrecha y rebaja.
Tras él, un pequeño conjunto de asiento/colín monoplaza, donde ahora se alojan los componentes eléctricos, y sobre el faro una muy ligera cúpula. El minucioso trabajo puede pasar desapercibido, pero si te fijas la mayoría de los cables ahora están ocultos.
La irrupción de un turbo es lo más curioso, pero puede que no sea lo más relevante en una preparación de tan alto estético
Todas las soldaduras han sido repasadas para dejar una imagen muy limpia, y las pletinas de la dirección se han tocado para reconfigurar el ángulo de dirección. La horquilla se ha recortado y pulido para dejar un aspecto perfecto mientras que en el tren trasero se ha montado un nuevo juego de amortiguadores Fox.
Como curiosidad, los neumáticos elegidos para calzar esta Yamaha SR400 tan especial son unos Dunlop K81, unas gomas que imitan el patrón de las gomas que batieron por primera vez la barrera de las 100 millas por hora en una vuelta a la Isla de Man en 1969.
En el puesto de mandos ahora nos recibe un reloj Motogadget y unos semimanillares mecanizados donde se agarran unas nuevas bombas de freno y embrague Beringer.
Para rematar, si nos fijamos un poco en el motor nos encontraremos que el monocilíndrico ahora está forzado por un sistema de sobrealimentación Aisin 300, igual que el que montan los Subaru pequeños del mercado japonés. Además, el sistema de inyección ha dado un paso atrás para hacer sitio a un carburador S&S Cycles de 48 milímetros con admisión hecha a mano, igual que el escape de acero.
No se a vosotros, pero a mí esta preparación me ha dejado totalmente roto. No os perdáis la galería. ¡Qué preciosidad!
Vía | Bike Exif