¡Sublime! Esta es la Furia de Odín de Gonzo Motorcycles: brutalidad sobrealimentada y artesanía danesa
De cuando en cuando nunca está de más recordar motos que quizá no hicieron todo el ruido que deberían en su momento. La que te traemos hoy es una preparación que se terminó en 2015, pero que pasó bastante desapercibida en su momento.
Se llama Odin's Fury, o la Furia de Odín, y es la maléfica creación de un mecánico loco llamado Lars Nielsen que se propuso crear una moto de récord para competir sobre las lagunas saladas de Bonneville. Con esta sana intención en mente, poco queda de la Nimbus Type C original, pero el resultado es para salivar a chorros. Y si no lo crees, escucha el vídeo con el que continuamos.
Odin's Fury, la ira nórdica de Bonneville
Las motos que buscan la velocidad pura suelen ser motocicletas desarrolladas con el único propósito de sumar dígitos en el cuentakilómetros. La potencia cobra una importancia fundamental, así como la reducción de peso y la aerodinámica mientras que el diseño estético pasa a un plano totalmente secundario. Aun así, esta exagerada Nimbus del preparador danés Gonzo Motorcycles es una auténtica belleza que luce sencillamente espectacular.
A estas alturas te estarás preguntando qué carajo es una Nimbus Type C, y no es para menos, porque posiblemente se trate de una de las motos menos conocidas fuera de su país.
Entre los años 1919 y 1960, en Dinamarca, vivió la relativamente pequeña firma Nimbus, una marca propiedad de la sociedad Nilfisk (por Nielsen y Fisker, sus propietarios) que originalmente producía aspiradoras, la primera marca en fabricar una aspiradora eléctrica en Europa de hecho. Durante su existencia produjo una extensa serie de las que se convertirían en las motocicletas más populares del país nórdico.
La Type C se trataba de una moto relativamente sencilla para la época con un chasis de acero extremadamente espartano, sin suspensión trasera, guardabarros de chapa, una horquilla invertida de recorrido mínimo, frenos de tambor en ambos ejes y poco más, porque no había lugar para las comodidades por entonces y menos para una marca tan modesta.
La única pieza más elaborada era su motor. Se trataba de un propulsor de cuatro tiempos y cuatro cilindros en línea colocados en posición longitudinal, refrigerado por aire y transmisión final por cardán que se dejaba mover directamente por el cigüeñal. Inicialmente ofrecía una potencia de 18 caballos, que luego se aumentó hasta los 22. Más simple no podía ser.
Se entregó la primera unidad en el verano de 1934, y de las 12.000 Type C que se produjeron, muchas fueron destinadas al servicio postal de Dinamarca, la armada y la policía, lo que supuso un gran impulso para Nimbus. Al llegar la Segunda Guerra Mundial y la ocupación alemana, la producción se redujo notablemente por la escasez de suministros, pero al acabar lograron que sus C's se mantuvieran como vehículo en servicio dentro del servicio de correos hasta los años 70.
Las abejas (Humlebien), como se las apodaba en su patria de origen por el ruido de su motor, no eran motos potentes, ni ligeras, ni diseñadas para correr. Su velocidad máxima era de unos 120 km/h, así que del modelo original queda bastante poco después de pasar por las manos de Nielsen. A excepción del motor y el buje trasero absolutamente todo ha sido sustituido, y ni siquiera el propulsor mantiene sus especificaciones originales.
El reto de Gonzo Motorcycles era tan sencillo como coger la moto más popular de su país y convertirla en una moto de Bonneville, aunque no fuera una base muy prometedora precisamente. El resultado es absolutamente impresionante.
Tan pronto como ves esta moto te das cuenta que hay algo místico detrás. Una serie de centenares de horas de trabajo encadenadas para convertir algo sencillo en un misil con dos ruedas con el valor añadido de lucir sublime. Cada pieza se ha cuidado con mimo y artesanía, todo ha pasado por las manos de Nielsen y el resultado lo puedes ver en estas fotos. Brillante.
Todo el proyecto se inició con el desarrollo de un nuevo chasis. Descartando absolutamente el original de tubos rectangulares Nielsen diseñó uno partiendo de cero, más largo, bajo y resistente fabricando una estructura de tubo de acero con la parte trasera rígida que se une directamente con la pipa de dirección en tubo de 4 mm de sección.
La horquilla delantera procede de una Harley-Davidson Sportster con el recorrido acortado y una pipa de dirección hecha a medida para incrementar el lanzamiento. En ambos ejes se han utilizado llantas de Honda Goldwing asociadas a los bujes originales de la Nimbus con radios de acero. El freno trasero se ha eliminado mientras que el delantero corre a cargo de un Grimeca procedente de una BSA.
Una vez con el chasis y la parte ciclo terminados, Nielsen empezó a trabajar en el motor. Desmontó cada pieza del propulsor, lo limpió y sustituyó todo lo necesario para conseguir más potencia y elevar la fiabilidad para que pudiera soportar el uso extremo al que se le iba a someter. Tirando de metales modernos se reforzaron los componentes internos mientras que los que menos estrés iban a soportar se confiaron a recambios originales de la marca danesa.
Ahora hacía falta meterle un extra de picante, así que adaptó un carburador de Harley-Davidson y** le acopló un sobrealimentador Asin** que dispara la potencia hasta una cifra indeterminada, pero que a juzgar por el sonido a buen seguro no se quedará corta. Gran parte de la culpa de este sonido es la hilera de cuatro escapes que asoman por el lado derecho. Cuatro tubos soldados de manera brillante en forma de Z que le dan una visión realmente impresionante.
Para rematar la jugada, la carrocería se compone de un frontal de tipo streamliner hecho casi a medida partiendo del carenado de una MZ, ensanchado, ampliado, alargado y modificado para encajar a la perfección sobre el chasis. La cúpula de plexiglas también se ha hecho a medida para la Furia de Odín.
El depósito reducido al mínimo necesario para aguantar las tiradas en Bonneville queda enclaustrado por las barras superiores del chasis, mientras que manillares, abrazaderas y estribos han sido mecanizados ex profeso, y consiguiendo una posición de conducción totalmente tumbada.
Todo se ha rematado con un trabajo de pintura naranja y gris delimitados por una fina línea blanca. Clásico y brutal a partes iguales. Digna de estar en un templo de culto a los dioses nórdicos.