Dice el diccionario que un pasajero es alguien que forma parte de un equipo pero que no suele hacer mucho. ¡Que se lo digan a Stan Dibben! Este entrañable hombre que en la actualidad va para 87 años fue campeón del mundo de sidecar en 1953. Y por lo que podemos ver en el vídeo que le han dedicado en The New York Times lo suyo no era precisamente estarse quieto en el sidecar.
Claro que alguien con una filosofía de la vida como la suya, que dice que nunca ha dicho que no a un desafío, o que nunca le ha temido a la velocidad, es normal que se volcara así en una competición como el mundial de sidecar de 1953. Atentos a las imágenes porque si ya nos parece espeluznante ver a los pilotos actuales de MotoGP rozar con el codo en el suelo, lo de rozar con el hombro en una cuneta de Spa-Francorchamps, con medio cuerpo fuera del sidecar, no tiene calificativo suficientemente grande para dedicarle.
Cuenta el señor Dibbens que de pequeño ya le decía a su madre que él quería conducir una moto, y conforme creció el sueño de aquel niño se hizo realidad. Realidad que llegó hasta 1953, año en el que tenía posibilidad de conseguir el mundial de sidecar si ganaba, junto con su piloto, en la última prueba del calendario que se disputaba en el circuito belga de Spa-Francorchamps (uno de esos circuitos en los que Carlos querría ver carreras de motos en la actualidad). Curiosamente en Mundial de Motociclismo de ese año Spa-Francorchamps ocupaba el tercer lugar de las ocho pruebas que componían el calendario de esa temporada.
La carrera parece que no tuvo mucha historia, con Stan y su piloto (del que creo que no se menciona el nombre en ningún momento del vídeo) pero según los archivos se llamaba Eric Oliver. El sidecar de esta pareja era una Norton Manx, y desde la salida se puso por delante de las BMW que les perseguían, hasta que cayó la bandera de cuadros y junto a la victoria consiguieron el Mundial. Stan Dibbens todavía recuerda la emoción de oir el "God Save the Queen" (el himno británico, no la canción de los Sex Pistols) y el "cabreo" que se llevó cuando se confundieron y dijeron mal su nombre.
Pero sin lugar a dudas la parte que más me ha gustado de este vídeo es cuando vemos a Stan Dibben en la actualidad ejerciendo de pasajero en un sidecar moderno. Ojalá llegue yo a los 86 años como ha llegado este hombre y tenga la oportunidad de volver a subirme a uno de estos artefactos infernales. Muchas gracias a Cabell Hopkins por dirigir este pequeño documental. Todavía estoy con los pelos de la nuca erizados por ver a un anciano con tanta vitalidad.
Vía | Ottonero Vídeo vía Youtube | The New York Times Más información | The New York Times