Sólo gente muy freak como mi compañero Morrillu es capaz, gracias a su sapiencia en cultura japonesa, de conocer una marca que hasta hace bien poco desconocía, como seguramente os pasará a muchos. Kabuto es una marca japonesa con gran prestigio en su tierra y que pretende desembarcar en el mercado europeo con fuerza, abarcando del mismo modo que lo hacen en japón con una gama fiderlizadora que va desde cascos infantiles hasta modelos deportivos de alta gama.
El modelo que hemos tenido la oportunidad de probar es el Kabuto Aeroblade III, un casco de corte sport-touring de formas atrevidas, ligero y versátil. Así que vamos a ir desgranando un poco las características principales, que hay mucha curiosidad por ver si algo tan novedoso en el mercado español es capaz de hacerse un hueco una marca con más de 30 años de tradición.
Kabuto Aeroblade III: sangre fresca y buenos acabados en el mercado de cascos
Empezando por lo primero que nos encontramos tenemos una calota externa fabricada en composite con dos tamaños a elegir en función de la talla interior. El diseño exterior recuerda mucho, especialmente en la parte trasera, a los Shoei de los últimos años. Las formas son fluidas y orgánicas con un aspecto muy aerodinámico en el que destacan especialmente con ésta decoración naranja cobrizo. Personalmente me parece la más bonita de las seis que hay disponibles (creadas por Bargy Desing) y la que más realza las formas exteriores de los estabilizadores laterales y trasero que en Kabuto llaman "wake stabilizer".
En la caja que recibirás si te compras uno de éstos Kabuto Aeroblade III encontrarás el propio casco reluciente como si fuera nuevo un pinlock para poner en la visera y una funda de tela con el logo de la marca. La funda me parece un poco fina para mi gusto y en las cuerdas para cerrarla no tiene retenedores para evitar que se abra involuntariamente o se pueda escapar un guante que dejemos dentro del casco.
Los acabados son realmente buenos y los materiales tanto plásticos como textiles dan una impresión de gran calidad. Las piezas termoformadas tienen remates romos, sin aristas ni bordes cortantes con los que nos podamos hacer daño. La pintura de la calota en ese tono naranja perlado no es discreta precisamente, pero tiene una calidad altísima y con pinta de que resistirá bien el paso del tiempo. Las piezas de los aireadores que van en el color de la calota están pintadas por separado y no encontraremos terminaciones chapuceras con partes sin pintar.
El acolchado interior es completamente desmontable y lavable realizado en coolmax. Los materiales textiles son de calidad y parecen resistir bien el paso de los lavados, al igual que los enganches de plástico que fijan el conjunto a la calota. Las formas son propias de un casco del segmento sport/turismo, firmes pero de tamaño reducido para evitar ser agobiante con acolchados de diferente densidad. Además tienen hueco a ambos lados para poder poner intercomunicadores y guías para las patillas de los que tengan que usar gafas para conducir, a eso le han llamado G slip, para evitar el dolor de la presión de la patilla contra el cráneo.
Para el cierre se recurre al archi-probado doble D con materiales de calidad así que no habrá problemas de ajuste ni de incomodidad. El sobrante que nos quedará una vez abrochado es corto salvo que tengamos papada y en su extremo tenemos el típico corchete para recogerlo.
Quitar y poner la visera es fácil, nos topamos con un sistema de los más sencillos que podemos encontrar en el mercado. Sólo tendremos que colocarla en su posición más alta y presionar sobre el botón que encontramos integrado en la propia pantalla a ambos lados, la desplazamos hacia delante y listo, tenemos la pantalla desmontada. La facilidad para quitarla y ponerla no implica que la sujeción una vez montada sea mala, en absoluto. Tiene un buen cierre y no se filtra aire por los bordes, se cierran con una tira de goma y encaja casi herméticamente.
El sistema de ventilación es generoso y el Kabuto Aeroblade III cuenta con las típicas entradas frontales y superiores, pero además tenemos otro respiradero en la parte trasera que podemos abrir o cerrar y en la parte inferior, bajo las almohadillas de los laterales, hay unas branquias que sirven para ventilar el acolchado y dar salida al posible sudor que acumulemos en esa zona. Pero eso es cosa de probarlo rodando.
Para terminar con las características diremos que la marca japonesa incluye cinco años de garantía. Algo interesante en estos tiempos que corren. Y ahora que ya tenemos la lección aprendida nos enfundamos el casco y salimos a probarlo mañana.
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