No es ningún secreto que la postura de conducción de las Monster es peculiar. Se ha convertido en otra de las señas de identidad de una moto diferente. La posición en el asiento junto con el manillar ancho y plano te situan muy encima de la rueda delantera.
De entrada, la postura en sí misma no es incómoda. He hablado con unos cuantos usuarios de Monster y la respuesta es general: en cuanto te acostumbras, se va bien y la postura se vuelve natural. Y no es difícil acostumbrarse, pero tampoco es algo instantáneo.
Para la prueba de la moto, Ducati nos había citado en la zona del Montseny-Osona, unas carreteras que conozco bien desde hace muchos años pero por las que jamás me canso de circular y de volver una y otra vez. La ruta, que duraba toda la tarde, estaba muy bien planteada: la base eran las carreteras viradas de la zona, pero incluía algún tramo urbano al cruzar algunos de los pueblos y también teníamos un tramo de Eix Transversal que era asimilable a un tramo de autopista. O sea, una tarde para disfrutar y probar a fondo la Monster 796.
Fue llegar a Campins y sin demasiada palabrería, saltar de mi moto a la Monster 796, y ya estaba encima de la moto en dirección a Santa Fé, siguiendo el trazado de la mítica “Pujada al Montseny” que lamentablemente dejo de hacerse hace unos cuantos años. A pesar de conocerme bastante bien la revirada carretera, el ritmo en estos paseos de prensa es bastante ligero y me costó un poco cogerle la confianza a la Ducati Monster 796 para circular con soltura. De entrada, no me acababa de encontrar a gusto en la peculiar postura sobre la Monster.
Pero la moto iba bien montaña arriba. El nuevo motor ofrece un buen par en la zona media del cuentarrevoluciones y ello permite salir con fuerza de las curvas sin tener que revolucionarla en exceso. La frenada es aplomada y muy cargada sobre la rueda delantera, lo que permite buenas apuradas. Y la verdad, es que pese a mi falta de confianza inicial, la moto transmite seguridad y obedece fielmente las instrucciones del piloto sin hacer ningún extraño.
Llegando a Sant Hilari hay un conocido tramo de curvas rápidas y amplias, por las que el grupo de Monster sube con alegría. Aprovecho para ir probando diferentes trazadas en las curvas forzando a la moto en momentos diferentes (a la entrada de la curva, a la salida, exagerando la tumbada, frenando en la cocina,…) y siempre responde con naturalidad. Ni se inmuta. La verdad es que, tras un comienzo un poco difícil, la Monster 796 y yo nos estábamos haciendo buenos amigos.
De hecho, me había llevado poco rato acostumbrarme a la peculiar postura sobre la Monster. A partir de Sant Hilari, todo fue disfrutar con ella. En la Monster se carga mucho peso sobre la parte delantera y ello acaba dando un plus de seguridad importante. Se ha de confiar plenamente en la rueda delantera y apoyar con decisión en la entrada de las curvas. Al hacerlo así, las curvas pasan a ser un placer y la Ducati se conduce con mucha facilidad. Es una moto con la que te diviertes mucho en las carreteras viradas.
Las Ducati tradicionalmente no han tenido un gran radio de giro, aunque en esta moto se ha mejorado un poco. Y eso se nota en la conducción urbana. No gira como una trail o un scooter pero lo hace mucho mejor que las deportivas, por lo que podríamos decir que ahora ya está en línea con su categoría en este tema. Ello le permite callejear con facilidad y meterse bastante bien entre los coches, dado que la moto no es muy amplia. Además, la moto es bastante ligera y eso permite moverla con facilidad en las maniobras de aparcamiento. Creo que la Monster 796 puede ser un buen alíado en las ciudades.
En autopista, una naked siempre será una naked. No hay milagros. El aire te empuja con fuerza y se puede circular con comodidad mientras te muevas en velocidades legales. En este sentido, la Monster te ayudará a mantener en buen estado los puntos de tu carnet. Se puede decir que la Monster 796 se defiende razonablemente bien en autopista teniendo en cuenta el tipo de moto del que se trata. No me iría con ella a cruzar España en autopista (aunque puede hacerse y seguro que más de un usuario de moto naked lo hace…) pero en tramos cortos y medios de autopista se puede usar sin problemas.
En definitiva, una moto muy completa que puede usarse en todos los terrenos con un plus de prestaciones y diseño sobre la unidad básica.
En la segunda parte de la tarde, yo ya estaba completamente acoplado a la Monster 796 y disfrute mucho en las carreteras de curvas de la zona. La Monster es muy noble y respondía perfectamente en todas las circunstancias. La 2ª y la 3ª eran las marchas adecuadas para el tipo de carreteras viradas por las que circulábamos, manteniendo la mayor parte del tiempo a la moto en la zona de entrega de par, pero estirando marchas sin problemas al querer llegar a la entrada de algunas curvas sin cambiar. La conducción era cada vez más y más divertida y me sentía muy compenetrado con la moto. Las difcultades iniciales para acostumbrarme a la postura Monster ya eran una anécdota lejana.
Acabamos la tarde bajando el puerto de Collformic y entrando por la carreterita de La Costa hasta llegar a Campins. Había sido una tarde muy intensa de curvas y, aunque estaba un poco cansado, las caras de satisfacción de los cuatro participantes no dejaba lugar a dudas en cuanto a la valoración de la Monster 796. La prueba había sido muy completa y la moto se había ganado una nota bien alta.
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