¿Qué pasa si a un motor que de origen rinde 164 cv a 10.800 rpm le metemos un turbocompresor? Fácil, conseguimos una bestia de 327,7 cv a 11.349 rpm. Vamos, que prácticamente doblamos la potencia de nuestro motor. El resultado final puede ser espeluznante, sobre todo si haces como nuestro amigo que se dedica a pegarle "estiradas" a su nueva moto en la autopista de al lado de casa.
Lo que no se esperaba ni él ni nadie era que la aguja del cuentarrevoluciones no fuese a aguantar este aumento de potencia tan bestial, porque a la mínima decide dejar de funcionar por la vía rápida. No alcanzo a imaginar lo que pensarán los policías de la zona cuando vean las velocidades a las que se mueve esta criatura.
Para los más curiosos un turbocompresor es un tipo de sobrealimentador en el que los gases del escape hacen girar una turbina (o molinete) que mediante un eje mueve otra turbina que comprime el aire que entra en el sistema de admisión. Así se consigue introducir mucho más aire y gasolina en el cilindro. Con lo que el rendimiento de un motor aumenta sin necesidad de aumentar la cilindrada.
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Vía | Hell for leather
Vídeo vía Youtube | Slaki McMahon