Alguien estaba a punto de achatarrar ocho míticas motos japonesas. Un friki motero las ha salvado, y tiene un tesoro

Alguien estaba a punto de achatarrar ocho míticas motos japonesas. Un friki motero las ha salvado, y tiene un tesoro
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Todos los que somos moteros tenemos amigos que saben que lo somos, y profundamente además. Quizá sea una de las aficiones más pasionales, y lo hacemos notar. Pues unos buenos amigos avisaron a su colega que sabían que un friki motero por excelencia, sobre una conversación que acababan de tener con un hombre en una tienda de recambios de coches.

Le dijeron que ese hombre iba a achatarrar algunas motos japonesas que no quería, pero en realidad, eran todo un tesoro. Así que nuestro protagonista motero no lo dudó ni un momento, y se presentó en la tienda con un remolque para llevarse las ocho motos, y algunas son un tesoro.

Del desguace al estrellato

Chatarra 2 2023

A veces, el no saber lo que se tiene entre manos es un gran error. Quien tenía las ocho motos japonesas era un empresario que se lamentaba por tener que vaciar un garaje lleno de viejas motos japonesas a instancia de un cliente. Y aunque nuestro protagonista no sabía cuáles eran, no dudó ni un momento en quedárselas.

Cuando llegó, descubrió el pastel: dos Bridgestone, dos Honda CB77, dos Honda CB450 y dos Honda CB750. No era el Santo Grial motero, ni mucho menos, pero sin duda que todas ellas tenían componente histórico y merecían la pena, a pesar de su estado.

Las hay en todo tipo de estados: las que se caen a cachos y otras que están bastante enteras a pesar de tener varias décadas a su espalda. Este hombre tiene además un taller recién construido, el problema es que no pretende convertirlo en almacén, y por eso va a restaurarlas o vender sus piezas.

La más completa probablemente sea la Bridgestone 175, una curiosa moto de 20 CV de potencia de origen japonés. Seguramente te suene el nombre por la popular marca de neumáticos, y tiene mucho que ver, porque era una división dedicada a fabricar motos entre 1952 y 1970. Una joya como pocas objeto de deseo por los coleccionistas que podría vender por bastantes billetes.

Junto a ella hay una Honda CB450 que está prácticamente como recién sacada de fábrica, en condiciones bastante decentes (excepto el asiento). Quizá solo por ella ya ha merecido la pena hacer el viaje, una sofisticada moto de 1965 en la que no tendrá que invertir demasiado.

Una operación de rescate fructífera, ya que de las otras motos podrá rescatar incluso los motores, que parecen estar bastante enteros en todas ellas, a pesar de que algunas estén literalmente en el chasis. El mercado de piezas de segunda mano también tiene bastante público.

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