Aunque cada vez menos, todavía muchas personas consideran que el mundo del motor es algo puramente masculino. Para combatir esos estereotipos, a lo largo de los años han aparecido diferentes figuras que han hecho que más de uno se trague sus palabras, este es el caso de Mary McGee, una americana de 82 años que todavía sigue disfrutando de su pasión.
Pero no se ha limitado sólo a las rutas y viajes como Miriam Laisure de 91 años, a la que te presentamos hace unas semanas; McGee tiene el honor de ser la primera mujer en competir sobre dos ruedas admitida por la Federación Americana de Motociclistas.
Ha competido con coches y con motos
Mary McGee, nacida en 1936 como Mary Connor, tuvo que trasladarse con su familia desde Alaska hasta Arizona obligados por la Segunda Guerra Mundial. Un tiempo después, a mediados de los años 50, conoció allí a Don McGee, un mecánico de profesión que cambiaría completamente su vida y no sólo por convertirse en su marido, también porque con él comenzó en las carreras de coches.
En 1957 hizo su debut en el Sports Car Club America al volante de un Mercedes 300SL. Aunque en sus primeras participaciones causó diferentes impresiones por el hecho de ser mujer no tardó en ganar carreras y por consiguiente el respeto de sus compañeros. Ese mismo año un amigo vendía una motocicleta, concretamente una Triumph Tiger Cub de 1956, y Mary no se lo pensó demasiado. Aprendió a montar en moto de forma tardía e hizo de las dos ruedas su hobby a la vez que seguía compitiendo en las carreras de coches.
No fue hasta 1960 cuando le llegó la oportunidad de cambiar de especialidad. Aunque en un principio ella y su entorno lo tomaron como una forma de entrenar sus capacidades para la competición sobre cuatro ruedas, una vez que pasó las pruebas de Federación Americana de Motociclistas (AFM) ya nada pudo pararla. Comenzó a competir en algunas road races ganando puntos en cada una de ellas, lo que llevó a que le otorgasen la placa con el número #20 en 1962.
Un cambio en el reglamento para la competición de mujeres en las pruebas de motociclismo y las palabras de su amigo y actor diciéndole que dejase "esa mariconada de carreras" e hiciese una carrera por el desierto fueron el empujón que Mary necesitó para volver a cambiar de aires.
Su primera incursión en pruebas de off road no fue nada satisfactoria. Bob Drake, Bobby Harris & Al Tinker la convencieron para hacer con ellos una carrera por el desierto en 1663 con una Honda CL72 de 250 cc (ellos llevaban Triumphs de 650 cc) de la que ella misma admite que sólo recuerda lo exhausta que estaba y que pasó mucho frío.
Aún así no desistió y también acabó triunfando en la especialidad. Sin ir más lejos, fue la primera mujer en completar la Baja 1000 en 1968. En 1975 también terminó la Baja 500 a lomos de una Husqvarna, habiendo rodado en solitario y consiguiendo quedar por delante de 17 equipos de hombres, que participaban en parejas.
También probó suerte en el motocross, de nuevo siendo la primera mujer en hacerlo en Estados Unidos, clase que abandonó durante varios años pero en la que a día de hoy con 82 años sigue disfrutando a base de participaciones en competiciones y eventos "vintage" en la categoría femenina de más de 70 años.
A pesar de empezar tarde en el mundo de las dos ruedas, Mary ha demostrado que siempre es buen momento para disfrutar de lo que a uno le gusta ya sea con 20 años o con 80. Y además en su caso, consiguiendo abrir camino a otras generaciones de mujeres que a día de hoy tantas alegrías dan en las diferentes categorías del motociclismo.
Como reconocimiento a todo su esfuerzo y trabajo, y por la implicación que tiene con la inmersión de la mujer en el mundo de las dos ruedas, la Federación Internacional de Motociclismo (FIM) le concedió un premio honorífico en 2012. Gesto que a McGee no sólo le hace sentirse orgullosa, sino que le ha motivado todavía más para seguir con su misión.