Hoy ha sido un día muy especial, bueno más especial que los anteriores. Empezó anoche cuando llegué a Frómista y conocí a dos jovenzuelos catalanes de 52 años con los que compartí albergue. Ellos llegaron en bicicleta después de haberse metido 90 Km en la piernas, y tras refrescarse nos dirigimos a buscar un sitio para cenar los tres. Esto es lo que tiene el Camino de Santiago, que entablas amistad con gente que no conoces de nada, pero que llevan tu mismo objetivo de llegar a Santiago de Compostela. Tras una animada cena en la que hablamos de motos, de bicis y de muchas otras cosas, nos despedimos sin siquiera saber el nombre del otro, pero con la esperanza de volver a encontrarnos en el camino.
Esta mañana cuando me he levantado ellos ya se habían marchado, lógicamente los ciclistas parten con el alba para evitarse los calores del medio día. En cuanto me he puesto en ruta se me ha hecho un nudo en la garganta al ver la cantidad de gente que hace el camino, ya sea en bici o andando. Ayer no vi mucha gente porque era tarde y hacia muchísimo calor, pero hoy ha sido todo un espectáculo. Tanto que se me ha olvidado tomar imágenes. Es increíble la sensación de participar en una cosa tan histórica, aunque sea sobre una moto y mi recorrido sea muy distinto. Tengo que ponerme serio y prepararme para hacer el Camino de Santiago en condiciones de peregrino.
Ayer os comenté que el cuenta Km estaba pidiendo revisión, con lo que hoy he parado en León, en el concesionario Motos Sevilla donde me ha atendido Roberto Delgado que me ha ayudado hasta a reemplazar dos de las bombillas del piloto trasero que estaban fundidas. Un diez para el servicio, y otro para Roberto por su ayuda. Lo que me parecía que iba a ser un horror al final ha sido un rato parado y poco más. No hay nada como conocer el trabajo que desempeña uno para hacerlo rápido y bien.
A partir de ahí he seguido mi ruta hacia Astorga, Ponferrada, Lugo y por fin Santiago de Compostela. He de deciros que ya esta mañana al salir he notado que la temperatura era algo mas baja que la de ayer, pero ha sido pasar de Ponferrada y las nubes, el viento y el frío se han aliado para acompañarme hasta Santiago. Incluso a 40 Km de Santiago la lluvia ha hecho acto de presencia, pero se ha retirado enseguida, porque he pensado que para esos kilómetros que me quedan no voy a parar a ponerme el equipo de agua, así que si quieres llover llueve, que yo sigo. Hasta Santiago, donde estoy ahora y desde donde mañana voy a ir hasta el cabo más al norte de la península (Estaca de Bares) y a los dos cabos más al oeste (Touriñán y Finisterre). Cuando leáis este post yo estaré en ruta, y esta vez intentaré hacer muchas fotos para que podáis ver lo mismo que veo por el camino.
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