El motorista con más suerte de la historia y un camión enorme nos enseñan qué es un shimmy
Hay gente que ha nacido con suerte, gente con mucha suerte, luego está la gente con una suerte que no te lo puedes creer y mucho más arriba, allí al borde de la estratosfera, está este motorista que te traemos hoy. Se hace llamar Hammy Moto en su canal de Youtube, tiene una Kawasaki Z1000 y se le aparecieron la Virgen María, Jesucristo, San José y hasta la mula y el buey del pesebre todo en una misma acción. Está vivo de milagro.
"¡No estoy muerto! ¡No estoy muerto!"
El clip que nuestro amigo subió a su canal fue sumamente escueto. Si el clip extraído del total es así de corto no por casualidad, sino porque posiblemente Hammy previamente habría realizado un caballito (o intentarlo) a alta velocidad, de ahí también lo de ocultar el velocímetro.
El problema del youtuber vino al aterrizar la rueda delantera. Un contacto imperfecto con el asfalto provocó como consecuencia inmediata un tremendo shimmy en el tren delantero. Los anglosajones lo llaman tank slapping, abofetear el tanque, por los latigazos que pega el manillar contra el depósito. Y no sin razón.
Hammy acabó perdiendo el control de su Kawasaki en plena autopista mientras que al lado pasaba un gran trailer, se cayó al suelo convergiendo su trayectoria con la del camión y aunque en el vídeo a velocidad normal parece que no ha pasado nada, sí pasó: el cuerpo de Hammy se coló justo por debajo del remolque con una fortuna proverbial.
No es una exageración. Si nos fijamos, el hueco que queda entre las ruedas de la cabeza tractora y la estructura y patas del remolque es realmente limitado. Ese camión llevaba colgando de la panza un cajeado metálico que posiblemente utilizaba para guardar el utillaje en el que el motorista podría haber quedado atrapado en el mejor de los casos. En el peor, directamente habría sido aplastado por las ruedas traseras.
"¡No estoy muerto!", se grita varias veces Hammy a sí mismo desde la mediana. No es para menos, amigo. Hoy ha sido tu día de suerte. Será mejor que te vayas a echar el Euromillones después de haber aprendido una lección de semejante calibre: hacer el gamba con la moto en autopista tiene sus riesgos.
Por desgracia nos sobran (y digo bien: nos sobran) ejemplos de youtubers o simples motoristas que sufren un efecto de embriaguez por la adrenalina cada vez que se ponen tras una cámara de acción intentando demostrar algo al resto de internet, llegando a poner en riesgo su vida, y las de los que le rodean, por unos pocos likes.
¿Qué es un shimmy y por qué hay que tener cuidado con ellos?
Pero lo que le ha pasado a Hammy tiene una explicación. El shimmy es uno de los mayores problemas al que nos enfrentamos los motoristas. Es muy probable que alguna vez lo hayas sentido por poco potente que sea tu montura. Se trata de un cabeceo de la dirección causado por una falta de apoyo sobre el tren delantero o una pérdida de agarre puntual en el neumático anterior.
Empujado por la rueda trasera, cuando el tren delantero recupera la adherencia intenta volver a ponerse recto, pero si el contacto no es perfecto o si no actuamos de la manera apropiada sobre el manillar, esta recuperación se puede convertir en una sacudida que se empieza a replicar de un lado a otro a medida que la goma agarra el asfalto y la dirección viaja frenética entre los topes de su recorrido.
En otras circunstancias muy diferentes también es posible que aparezcan los shimmies. Sobre estas líneas hay un vídeo que lo ilustra perfectamente. Se trata de una Triumph Tiger 800 que también sufre de oscilaciones en la dirección, aunque en su caso puede deberse al efecto generado por la presión del aire sobre los paramanos en un manillar ancho.
Para compensarlo y no vernos en incidentes tan aterradores como el del vídeo, las motocicletas actuales más propensas a sufrir este mal equipan los conocidos como amortiguadores de dirección que ya explicamos anteriormente qué son y cómo funcionan. Se trata de unos dispositivos que amortiguan las reacciones parásitas uniendo la dirección (punto móvil) con el chasis (punto fijo), colocando entre medias un filtro mecánico o electrónico que digiere los movimientos violentos.
Como efecto secundario los shimmies producen otra peligrosa consecuencia. Al agitar de forma más o menos vehemente la dirección de un lado a otro, los discos de freno empujan las pastillas, lo que puede hacer que los pistones de las pinzas de freno retrocedan y provoquen una pérdida en la capacidad de deceleración.
Esto se produce porque el circuito hidráulico manda presión hasta las pinzas, pero como los émbolos quedan en una posición más alejada de los discos hay que bombear repetidamente para que las pastillas vuelva a su posición y comiencen a morder sobre la superficie de fricción.
En cualquier caso, ningún amortiguador de dirección nos volverá inmunes a las posibles consecuencias de una conducción poco responsable. En la carretera, la seguridad es lo principal, y más aún en moto. Así que ya sabes, como dice Hammy: Ride safe.
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