Mis ojos no podían creer lo que estaba leyendo hoy a primera hora de la tarde en 20minutos.es. Pere Navarro, ese hombre de gafas rojas, poco afortunado en palabras y muy despectivo hacia el colectivo motero que está al frente de la DGT (cada uno que interprete con estas siglas lo que crea más conveniente) acaba de tener su último momento de lucidez. Para ayudar a evitar los accidentes de moto, a Navarro no se le ha ocurrido nada mejor que apoyar a los mojes budistas del Monasterio de Garraf en Barcelona con su nueva idea comercial: un casco tántrico.
Como si de una actuación circense se tratase, Pere Navarro ha posado con ellos y juntos han aclarado a los presentes que el símbolo budista que lleva el casco en el interior coincide con la coronilla, el lugar espiritual por excelencia. Para el director general de la DGT "las motos forman parte de la vida occidental, y para manejarlas necesitamos ayuda de la filosofía oriental". ¿Hasta cuando vamos a aguantar estas tonterías? Si se pusiesen a perder el tiempo en buscar una solución a los guardarrailes en lugar de acciones de este tipo, seguro que cada mes descendía la cifra de víctimas sobre dos ruedas. DIMISIÓN
P.D: permitidme que etiquete este post en la categoría de "humor", pero es que lo de este hombre es de coña.