Las averías en moto pueden llegar en el momento menos oportuno y de cualquier forma, ya sea por falta de alumbrado, un freno que no funciona o un pinchazo. Por eso es recomendable saber cuál es el procedimiento a seguir cuando nos ocurren.
Para recordarlo de una forma ágil, la Dirección General de Tráfico ha elaborado un método de actuación en cuatro pasos que nos ayudará a ponernos a salvo cuando sea necesario.
Asegure su situación y retire su moto de la vía
Las motos, pese a llevar un mantenimiento al día, disponen de diferentes partes móviles que están siendo sometidas a esfuerzos constantes. Muchas de estas partes se encuentran a la intemperie sufriendo, tanto cambios de temperatura como el castigo de los elementos.
Por eso no es de extrañar que con el uso de nuestro vehículo se genere un desgaste que con el tiempo nos haga sufrir una avería. Es en ése momento precisamente cuando hay que saber actuar. Por eso la DGT ha elaborado un pequeño manual con cuatro pasos para que sepamos actuar en caso de sufrir una avería.
1. Salir de la vía: El primer paso y uno de los más importantes cuando tenemos una avería en mitad de la carretera es salirse de la propia vía donde estamos circulando. Hay que hacerlo cuanto antes y, siempre que sea posible, sacar el vehículo ya que puede suponer un obstáculo peligroso para otros conductores.
Además, si la avería no tiene que ver con las luces de nuestro vehículo, hay que encender los warning de la moto para avisar al resto de conductores de que nos pasa algo. Otro punto a tener en cuenta es que las motos no están obligadas a llevar triángulos de emergencia, por lo tanto no será posible preseñalizar nuestra situación. Una opción recomendable para evitar esto aunque no es obligatoria (por el momento) sería utilizar la nueva señal V-16.
2. Hacerse ver: A la hora de retirar el vehículo de la vía es obligatorio utilizar un chaleco reflectante que permita ver al resto de conductores nuestra situación. También es obligatorio mantener el casco puesto en todo momento, ya que en caso de alcance puede ser la diferencia entre una desgracia o una anécdota.
3. Póngase a salvo: Una vez retirado el vehículo de la calzada o sino ha podido con las luces de emergencia puestas, trate de buscar un lugar seguro lo más alejado posible de la circulación y antes de llamar a la asistencia en carretera.
4. Pida ayuda: Una vez puestos a salvo es entonces cuando procedemos a llamar para que nos envíen una grúa. Normalmente son las compañías aseguradoras las que cumplen con este trámite. Sino se lo incluye su seguro, entonces deberá llamar usted mismo a un servicio para que le rescate.
Durante la llamada es aconsejable que le advierta al servicio de grúas de su situación, del tramo de carretera en el que está y de si la carretera presenta dificultades para una detención, a fin de que tome precauciones.