El polen (entre otros), ese enemigo de los alérgicos que cada año lo sufren en España y que se ven afectados todavía más por la mezcla con las partículas de los vehículos diésel. Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), en nuestro país más de 8 millones de personas sufren algún tipo de alergia, lo que supone alrededor de un 20% de la población, y entre ellos muchos motoristas.
Según un estudio de acierto.com, dos de cada cinco motoristas reconocen que la alergia les impide conducir con normalidad, lo que conlleva un gran peligro a la hora de manejar un vehículo, sobre todo una moto. Mientras que en un coche podemos filtrar más el polen, los moteros tenemos un contacto directo con el mismo. No obstante, hay formas para intentar paliar sus efectos.
El peligro real de tener un accidente por la alergia
Los moteros que hayan vivido la alergia en su montura habrán sufrido una sensación muy desagradable hasta el punto de tener que parar y apartarse de la circulación. Estornudos, moqueo, picores en la piel y en la garganta, problemas respiratorios y ojos llorosos son los principales síntomas que hacen que peligremos cuando vamos conduciendo nuestra moto si somos alérgicos.
Según recoge el RACE, hay estudios que alertan de que el riesgo de sufrir un accidente aumenta en un 30% en el caso de los alérgicos. Debido a la reducción de la capacidad de los sentidos, nuestro tiempo de reacción puede incrementarse de manera preocupante. La Dirección General de Tráfico explica un ejemplo que alerta de la gravedad de la situación: estornudar durante 5 segundos si vamos a 90 km/h implica que no prestamos atención a la carretera durante más de 125 metros.
La solución más efectiva contra estos síntomas tan problemáticos en la conducción son los antihistamínicos. Pero tienen varios efectos incompatibles con llevar con seguridad un vehículo: la somnolencia, las náuseas, la visión borrosa, los mareos, el dolor de cabeza y la sequedad de boca son algunos de ellos. Por eso, es importante consultar con un médico y no automedicarnos.
Si queremos evitar los efectos de los antihistamínicos podemos buscar otro tipo de soluciones que no serán tan efectivos en nuestro organismo, pero que pueden servir de barrera durante cierto tiempo mientras conducimos nuestras motos:
Intentar lavarnos la cara y los ojos antes de salir por si tenemos cualquier resto de polen que nos pueda afectar durante la conducción.
Utilizar gafas de sol con cristales antirreflejantes que eviten que nos lloren los ojos en la medida de lo posible.
Lavar el interior del casco y sustituirlo de vez en cuando si podemos para eliminar restos de suciedad o polvo que puedan empeorar el estado de un alérgico.
Existen cascos que tienen incluidas mascarillas con filtros especialmente indicados para zonas de mucha polución o para alérgicos extremos.
Limpiar y cambiar la ropa técnica para que no se queden los restos de polen y nos afecten la próxima vez que vayamos con la moto.
Informarnos de los niveles de polen a través de la web de la Red Española de Alergología para conocer qué zonas nos pueden afectar más antes de coger la moto.
Utilizar un casco integral, no de tipo jet ni abierto. De entrada es más seguro pero también estaremos poniendo barreras a las partículas suspendidas en el aire.
Cerrar la visera del casco y las entradas de aire cuando circulemos.
Evitar las primeras horas de la mañana que es cuando la concentración de polen es mayor.
Si nos vamos de viaje, mejor la playa que la montaña ya que el nivel de polen en el mar suele ser menor.
En los días más cálidos y secos suele haber más polen. Es más recomendable ir con la moto cuando esté nublado y se note la humedad.
Proteger nariz y boca con mascarillas y tocarlos lo menos posible. Podemos hidratarnos los labios con cacao para evitar que los humedezcamos con saliva y así podamos arrastrar partículas de polen a la boca.
- Intentar no circular por parques y otras zonas donde haya mucha vegetación: Las gramíneas, las hierbas que más polen alérgico desprenden, están en campos, descampados o en los bordes de las carreteras. Cuidado con las zonas con abedules y fresnos en abril y con robles en mayo. En invierno debemos evitar los lugares con chopos, avellanos y enebros, y en verano cuidado con las zonas con cereales.
Todos estos puntos son consejos que nos ayudarán a resistir mejor los efectos del polen mientras vamos conduciendo. Pero hay que recordar que si nos afecta mucho la alergia debemos conducir por la derecha para que en caso de emergencia o ataque de estornudos podamos parar con la mayor celeridad y así poder evitar un accidente.