Las conmociones cerebrales son un tema muy serio en el deporte profesional. Los golpes en la cabeza están muy cuidados en deportes como el fútbol, el baloncesto o el rugby, pero en uno potencialmente peligroso como el motociclismo parece que sigue siendo un punto ciego. El último caso que lo ejemplifica es el de Raúl Fernández en los test de Mandalika.
Fernández sufrió una fuerte caída en la jornada del sábado que le ocasionó un duro golpe en la cabeza. A simple vista se le podía ver en la cara el hematoma que le produjo. Pero MotoGP no le frenó para correr el domingo y tuvo que ser el propio Fernández quien se bajase de la moto después de varias experiencias perturbadoras.
Raúl Fernández incluso tenía la cara amoratada, pero corrió en Mandalika
"Es realmente extraño. La sensación es que voy al doble de la velocidad: cuando voy a 300 siento que voy a 600 y no sé cuándo tengo que frenar", explicaba Fernández ante la prensa tras retirarse del test del domingo. Había sufrido una conmoción cerebral y los efectos aún se dejaban notar 24 horas después.
Lo más grave es que Raúl Fernández se volvió a caer. Como él mismo explica, "me he ido largo muchas veces, me he vuelto a caer y he dicho: vale, no puedo pilotar así, no es seguro". Ha habido suerte de que la caída no le ocasionó un segundo golpe en la cabeza que hubiese provocado el temido síndrome del segundo impacto.
Cuando se habla de conmoción cerebral de lo que realmente se está hablando es de que el cerebro se golpea contra las paredes del cráneo. Pero el verdadero peligro es volver a tener un impacto en la cabeza sin haberse recuperado aún del primero. En ese caso, según los expertos, se puede causar un daño cerebral permanente o incluso la muerte.
"No tenía percepción de la velocidad. Me caí y no entendía por qué, no sabía a qué velocidad iba, era muy difícil. Tenía algo de dolor de cabeza. He ido a ver a los médicos y me han dicho que parara, porque no era seguro para mí", comentaba Fernández, que el día anterior se había sometido a pruebas médicas sin que nadie le obligase a descansar el domingo.
En este tipo de impactos es relativamente habitual que el afectado se encuentre en un perfecto estado físico, pero su pensamiento sí que esté alterado. Parece que ha sido el caso de Fernández, ya que explica que "ayer estaba bien y hoy estoy bien, pero el problema es que por la caída tengo dolor de cabeza. Físicamente estoy bien pero no era seguro".
🇪🇸 Quiero agradecer todos los mensajes de ánimo que estoy recibiendo, y confirmar que estoy bien. También dar las gracias a HJC, ya que tras la caída, su casco protegió mi cabeza perfectamente. (1/2)#RF25 🔥🚀 pic.twitter.com/WUelnIkmO4
— Raúl Fernández (@25RaulFernandez) February 13, 2022
La vista gorda que el motociclismo hace con las conmociones cerebrales de momento está saliendo barata. Sin ir más lejos, el año pasado se permitió a Deniz Öncü tomar parte de la carrera en Misano solo unas horas después de habérsele diagnosticado una conmoción cerebral. Por suerte no pasó nada, como con Fernández. Ojalá no haya que esperar a que sí pase.
En Motorpasión Moto | Cuando Freddie Spencer hizo la primera maniobra antideportiva de la historia del mundial de motos y retiró a Kenny Roberts | Las lesiones que retiraron a grandes campeones de MotoGP y el ejemplo de Valentino Rossi que da esperanzas a Marc Márquez