Los nuevos motores Triumph están siendo la gran novedad de la temporada 2019 de Moto2. Los propulsores británicos están permitiendo que se batan prácticamente todos los récords de los circuitos y además ha hecho la categoría mucho más igualada. Pero para más inri, ni siquiera están dando problemas de fiabilidad.
De hecho, a partir de ahora los pilotos que castiguen en exceso el motor Triumph tendrán que pagar una multa económica. Los equipos y Dorna se reunieron durante el pasado Gran Premio de la República Checa para acordar el régimen de giro en el que deben moverse los pilotos de Moto2, estableciendo una tabla de sanciones en función de los daños causados.
La multa podría llegar hasta los 9.000 euros
Esta preocupación de los equipos se debe a que los motores son comunes para todos. Es decir, cada tres carreras, unos 1.500 km, la empresa española ExternPro, encargada del mantenimiento, los desmonta por completo para renovar sus elementos y luego esos motores se sortean aleatoriamente entre todos los pilotos.
Por eso, ahora quien exceda el régimen de giro del propulsor tendrá que pagar el gasto en reparaciones. Las sanciones económicas a los pilotos que rompan o dañen un motor podrían elevarse hasta los 9.000 euros, en el caso más alto de la tabla. Sobre todo se medirá a la hora de que el piloto suba de marcha.
"Hemos definido algunos parámetros para que los pilotos sepan en qué régimen deben mantenerse al subir de marcha. Si no se siguen estos parámetros y tenemos que sacar otro motor de la asignación, no podemos controlar el gasto. Tendremos que cambiar las piezas dañadas y suministrarle un motor antes de lo previsto. Estos costes se los pasamos a los equipos", explicaba Danny Aldridge, jefe técnico de MotoGP.
Actualmente cada equipo de Moto2 desembolsa 20.000 euros al principio de la temporada para el mantenimiento de los motores Triumph. El resto de los coste los asume Dorna, pero ahora quieren compartir gasto: "No se trata de un castigo, se trata de compartir los costes en el caso de que no se sigan las directrices de Triumph", proseguía Aldridge.
Una medida que no es nueva en la categoría. De hecho ya se dio en los primeros años de andadura de Moto2, cuando los propulsores los proporcionaba Honda. Jochen Kiefer, propietario del equipo que lleva su nombre, recuerda que "una vez lo tuvimos que pagar, en 2012, con Max Neukirchner si no recuerdo mal. Hay que limitar el sobre-régimen, de otro modo se rompen demasiados motores".
Lo cierto es que de momento la temporada se está saldando sin demasiadas averías y ya desde el principio el motor tricilíndrico de Triumph está rescatando la categoría de Moto2, que antaño era la menos emocionante y más anodina de las tres. Sin embargo, de repente ha pasado a ser la más igualada en tiempos, incluso por delante de Moto3.