Marc Márquez, Fabio Quartararo y el teaser de lo que podría ser el futuro de MotoGP
El futuro ya está aquí. Desde que Fabio Quartararo comenzó a deslumbrar en las categoría inferiores se le empezó a conocer como 'el antiMárquez', el piloto llamado a cortar un reinado de leyenda en MotoGP. Pues bien, Misano fue la pista en la que Marc Márquez y 'el antiMárquez' se jugaron una victoria por primera vez. Y de momento el profesor se sigue sabiendo mejores trucos que el alumno.
Y es que el Gran Premio de San Marino estaba marcado en rojo en el calendario de Yamaha como un feudo a reconquistar. Las motos japonesas habían volado en los test, en los entrenamientos y en la clasificación, pero en la carrera apareció el ogro Márquez para truncar los sueños victoriosos de Yamaha.
La preocupante falta de velocidad de Valentino Rossi
Precisamente fue el icono de la marca de los diapasones el encargado de despertar a la bestia. Valentino Rossi decidió reanudar su eterna bronca con Márquez en la clasificación de Misano. Le cortó la vuelta deliberadamente, sin más objetivo que evitar que el de Honda consiguiese la pole position aprovechando su rueda.
Rossi se portó mal, y posiblemente se salvó de un castigo porque, de todos modos, la vuelta de Márquez hubiese sido invalidada al pisar fuera del circuito. Pero eso no quita que la actitud del campeón también sea cuestionable. No es la primera vez en esta temporada que un piloto se queja de que se aprovecha de su rueda para marcar el tiempo.
Pasó con Andrea Dovizioso en Mugello, con Álex Rins en Brno e incluso con el propio Valentino Rossi también en esa cita de la República Checa. Es más, el mismo Maverick Viñales le pidió a Márquez que no intentase jugar con él porque no tendría la misma paciencia que los demás. La actitud de un gran campeón como Márquez sigue dejando bastante que desear en algunos aspectos.
Pero desde luego donde es incuestionable es en rendimiento en pista. Márquez ahora mismo es muy superior al resto, casi cabría decir que demasiado en pos de un mundial igualado. En Misano rompió el dominio de Yamaha con una carrera de temple, en la que no quiso mostrar sus cartas y mimó sus neumáticos hasta la última vuelta.
Una vez allí solo tuvo que lanzar un ataque que no pudo ser definitivo por la corajuda respuesta de Quartararo. Pero a la segunda fue la vencida y Márquez se llevó la victoria. A 'El Diablo' le sobra talento y valentía, pero de momento le falta un poco de experiencia para conseguir una victoria que llegará más pronto que tarde.
¡Qué batalla! Quartararo empujó hasta el límite, pero Márquez fue inalcanzable #SanMarinoGP 🇸🇲 #MotoGP 🏁 pic.twitter.com/mIhvGtxzb8
— DAZN España (@DAZN_ES) September 15, 2019
El caso es que en el fin de semana en el que Yamaha debería arrasar al final solo el de Petronas aguantó el ritmo de Márquez. Maverick Viñales decepcionó con un ritmo bastante guadianesco. El catalán pasó por un valle en el primer tercio de carrera del que nunca se pudo recuperar. Al menos ya tiene dominado a un Valentino Rossi cada vez más apagado.
La situación de 'Il Dottore' empieza a ser preocupante. Brilla cuando la Yamaha sufre, cuando puede exprimir al máximo su mastodóntica experiencia. Pero cuando la M1 está preparada para tirar a Rossi le falta velocidad. Pura y dura velocidad, y ese es el mayor problema que se le puede diagnosticar a un piloto en su situación. Al menos, y por los pelos, no fue la peor Yamaha.
Fuera de los que lucharon por el podio, un nombre brilla por encima del resto. Es el de Pol Espargaró, que nos hizo vibrar con una vuelta increíble el sábado que le metió segundo en la parrilla. Por momentos el de KTM soñó con una pole position que hubiese sido histórica. En carrera no pudo seguir a las Yamaha y Márquez, pero estuvo peleando con el resto y terminó séptimo.
Es de alabar el ritmo de mejora de KTM, incesante, más si lo comparamos con el otro teórico patito feo de la categoría, Aprilia, que cada vez está más en el pozo. Aleix Espargaró terminó duodécimo y Andrea Iannone ni siquiera pudo correr por problemas físicos. Pero también hay que destacar el jugo que le saca un piloto de élite como es Pol Espargaró a esa moto que Johann Zarco no ha conseguido dominar.
En cuanto a Ducati, han llegado a su punto límite, como reconocía el propio Dovizioso tras la carrera. La Desmosedici GP20 ya no da para más, y aquí los italianos ni han visto a Márquez en un circuito en el que hace un año ganaron. Dovizioso fue sexto, y ni hablemos de Danilo Petrucci, que sigue de vacaciones. En Misano terminó décimo, pero a 20 segundos de Dovizioso.
Aún así recupera la tercera posición de la general gracias a otra caída de Álex Rins. Estaba claro que la Suzuki no marchaba bien aquí, pero al menos el catalán estaba peleando con Dovizioso cuando se cayó, perdiendo casi todas las opciones de subcampeonato. Como consuelo, Joan Mir hizo una buena octava posición en su regreso.
Y por último Jorge Lorenzo. Posiblemente lo último que necesite ahora el balear son los focos mediáticos, pero su figura es tan grande que no puede pasar desapercibido. En Misano otra vez sufrió, y aunque se mostró algo más fino que en Silverstone volvió a estar encerrado en las últimas posiciones. Fue decimocuarto, a doce segundos del siguiente y solo delante de las KTM del Tech3.