El imperio de Red Bull en MotoGP no ha hecho más que empezar
Algo está cambiando en MotoGP. A partir de 2019 va a darse un giro en la situación de la parrilla del Campeonato del Mundo de Motociclismo y no estamos hablando del cambio de Jorge Lorenzo de Ducati a Honda o de lo que sea que vaya a hacer Dani Pedrosa y que anunciará el jueves del Gran Premio de Alemania.
Estamos hablando de algo más trascendental que sacudirá los cimientos de algunos boxes por culpa de la expansión imparable de Red Bull y KTM en la categoría máxima. Las KTM del Tech3 irán pintadas con los colores de Toro Rosso en una maniobra calcada a la expansión de la marca de bebidas en la Fórmula 1, según saltó hace un mes a través del propio Stefan Pierer.
Red Bull no ha llegado a MotoGP para hacer amigos, sólo quiere ganar
La relación Red Bull - KTM. Si hay una marca de motos a la que podemos identificar con los colores de un patrocinador es KTM. La firma austriaca se beneficia del apoyo directo de sus compatriotas de la marca de bebidas prácticamente desde la creación de ésta. El negocio de Red Bull no se centra tanto en la venta de latas de refresco sino en la gestión de derechos de imagen, patrocinios y organización de eventos.
Su imperio es más extenso que el Imperio Romano en los años buenos de Julio César. Hasta ahora en MotoGP se habían limitado a los patrocinios minoritarios de equipos y patrocinios minoritarios de pilotos. Esto ha cambiado con KTM, de quien ya es aliado inseparable en los mundiales de Motocross, Enduro, Rally, Moto3 y Moto2.
Red Bull ha encontrado en KTM a su aliado histórico que le ha abierto las puertas del Campeonato del Mundo de MotoGP para conseguir un equipo casi propio.
La llegada de Toro Rosso es sólo el principio. En 2016 llegó KTM al Campeonato del Mundo de MotoGP y lo hizo, como de costumbre en la firma naranja, con mucha ambición y gracias al apoyo inestimable de Red Bull quien puso su logotipo sobre los prototipos de la RC16 desde las primeras pruebas en circuito. Hay quien dice que lo hicieron incluso by the face, sin poner un duro sólo para ampliar su buena relación, algo que no habría sentado nada bien en HRC.
Red Bull quiere tener un equipo oficial en MotoGP, un equipo propio, y quieren hacerlo porque sencillamente pueden hacerlo. Red Bull viene de levantar no uno, sino dos equipos de Fórmula 1 desde la nada, convirtiéndose en Campeones del Mundo de Fórmula 1 en ocho ocasiones (pilotos y constructores en 2010, 2011, 2012 y 2013) y habiéndose hecho su propio circuito en Austria (Red Bull Ring).
El modelo de Fórmula 1 mejorado. Red Bull intentará replicar la jugada de la Fórmula 1 montando una estructura completa junto a KTM quien, obviamente les ha abierto las puertas de par en par. Ambas marcas están convencidas de que han llegado a MotoGP para optar por la victoria a medio plazo siguiendo la estela de sus equipos de Moto3 y replicando la jugada en Moto2.
Con Red Bull aportando unos cimientos financieros incalculables los ingenieros de KTM tienen casi recursos ilimitados, esperan seguir evolucionando y por eso se han hecho con los servicios de uno de los pilotos con más talento de la parrilla de la categoría reina y, posiblemente, el piloto más trabajador y con mejores capacidades de desarrollo de MotoGP: Johann Zarco.
Al igual que en MotoGP, las KTM de Moto2 del equipo Tech3 también lucirán los colores de Toro Rosso para maximizar el impacto.
Toro Rosso no será un segundo equipo, será una ampliación del equipo oficial. El movimiento de su segundo equipo en MotoGP ha sido simplemente magistral. KTM no sólo ha montado una estructura satélite, sino que lo ha hecho llevándose consigo a uno de los equipos no oficiales más reputados al robarle el Tech3 a Yamaha. Hervè Poncharal y todo su séquito se irán a KTM con todo el know-how adquirido de Yamaha durante una eternidad.
Con la irrupción del hipotético Toro Rosso KTM Tech3 las dos marcas austriacas además llevarán a cabo una maniobra arriesgada, siendo la única marca que contará con cuatro motos oficiales en parrilla. La oferta realizada a Poncharal es para contar con material oficial, algo que sólo puede repercutir en un desarrollo acelerado de la RC16 y, poco a poco, acercarse al top5.
Los patrocinios minoritarios ya no interesan. Para las marcas interesadas en anunciarse sobre los carenados o los monos de MotoGP el cambio en el formato de retransmisión de abierto a privado ha cambiado las tornas. Antes los equipos se nutrían de múltiples patrocinadores para completar su presupuesto anual por temporada; ahora, con unas audiencias devastadas por el pay per view, es difícil encontrar patrocinios o sus ofertas se han revisado muy a la baja.
El caso más sangrante es el de Movistar. La teleco apostó muy fuerte por Yamaha entrando como patrocinador principal en 2014 tras haberse adueñado de los derechos de retransmisión. Se rumorea que la jugada le habría salido tan por debajo de sus expectativas que se estarían planteando dejar de pagar a la firma de Iwata por lucir sus colores de cara a 2019 cuando vence el contrato.
Lo que pagan por los derechos de retransmisión a Dorna posiblemente también sufriría un recorte considerable a la vista de que las audiencias son bastante lamentables y que la jugada pseudo-monopolista para captar clientes de ADSL/fijo/móvil con el paquete motor de televisión no les está reportando los beneficios esperados.
Ni Yamaha ni Honda pueden estar contentas con KTM. Ambas tienen motivos para temer al monstruo austriaco que se está gestando.
Red Bull podría abandonar Honda. Otro de los cambios que podrían avecinarse con el giro en la estrategia de patrocinios de Red Bull podría ser el abandono del apoyo que actualmente ofrecen al equipo HRC. Se dice, se cuenta, se rumorea por el paddock que Red Bull quería ser el patrocinador principal del equipo oficial Honda, pero Repsol se opuso y finalmente la marca de bebidas se quedó con la quilla de las Honda RC213V.
Es paradójico porque al mismo tiempo también hay voces que aseguran que la petrolera española no aporta tanto dinero a HRC como pensamos y que su alianza es más una cuestión de imagen, prestigio y tradición. Ya sabemos cómo son los japoneses con la lealtad y el honor, pero el acuerdo es más comercial que económico, con los productos de la marca española en todas las motos de calle, usando sus productos de mantenimiento en talleres oficiales y, además, con una imagen histórica prueba de la relación más fructífera en la historia de MotoGP.
Además Repsol y Honda están vinculados más allá de MotoGP con equipos oficiales en Trial, Rally, FIM CEV e, incluso, aviación acrobática. La salida de Red Bull de Honda no sería otra cosa más que la oportunidad de Repsol para recuperar peso junto a HRC, si es que les sigue interesando.
El objetivo de KTM y Red Bull: Ganar. Tienen potencial, tienen recursos, tienen ambición y tienen tiempo. Ducati, Honda y Yamaha sacan décadas de desarrollo en competición de MotoGP a KTM pero eso no les intimida. La participación de KTM en la competición tiene un único objetivo y es ganar.
Para conseguirlo no le temen a poner toda la carne en el asador y es lo que vienen haciendo en todas las competiciones en las que participan. En 2019 tendrán dos equipos, cuatro motos oficiales y pilotos tanto experimentados como prometedores. Quizá con KTM haya llegado el momento del cambio.