En la trayectoria de Valentino Rossi su idilio con las marcas japonesas ha sido más que evidente. Concretamente con Honda, con quien empezó a sembrar títulos en la ya extinta época de las motos de 500 y 2 tiempos y luego con las MotoGP de 4 tiempos, a la que hay que sumar su historia con Yamaha, una de amor, con sus buenas y malas etapas.
Los títulos fueron llegando poco a poco, hasta que entrado el 2010 la hegemonía del italiano en pista empezaba a debilitarse progresivamente. En un intento por recuperar podios y victorias buscó el sueño italiano en Ducati. Se convirtió en una espina negra que Il Dottore estuvo a punto de sacarse probando suerte en Suzuki. Spolier: no cuajó.
Davide Brivio, otra vez a la caza de Valentino Rossi, como cuando fichó por Yamaha
En episodios anteriores, en la narrativa de la historia de Rossi se recuerda cómo Davide Brivio fue quien convenció a Rossi de aterrizar en Yamaha. El italiano es artífice de muchos capítulos honorables en la trayectoria del 46. Una invitación surrealista y nada halagüeña, pero sí motivadora ya que el 46 venía de ganarlo todo en Honda y la competencia, Yamaha, ni siquiera había ganado una carrera la pasada; el riesgo era más que evidente y aun así, Brivio lo consiguió.
Volviendo a la etapa Ducati-Rossi, aquello se recuerda como uno de los fracasos más estrepitosos. El italiano no fue capaz de adaptarse a la moto italiana por los motivos que fuesen, y esa frustración llevó a 'Vale' a buscar refugio poco después. Entre medias, Brivio dejó Yamaha en 2010 para trabajar con Rossi en labores de merchandising.
Suzuki volvió a retirarse por entonces en un intento por coger fuerza y volver con más garra al paddock, algo temporal, no como lo de ahora. En 2011 solo contaron con una moto pilotada por Bautista. Entonces, viendo las horas bajas de Valentino, los japoneses contactaron con Brivio para proponerle retomar el proyecto de MotoGP en 2014.
En los planes de la casa de Hamamatsu estaba Valentino Rossi, a cualquier costa. Suzuki quería fichar al italiano aprovechando sus horas bajas costase lo que costase.
Hechos que rememora Brivio en Slick-magazine: “Tenemos que irnos a 2011, cuando trabajaba para Valentino. Yo también había dejado Yamaha a finales de 2010, igual que él. Suzuki había dejado MotoGP a finales de 2011. Todo el paddock ya sabía que Suzuki quería parar a finales de 2010, así que en 2011 corrieron solo con una moto para poder cumplir el contrato que habían firmado con Dorna”.
Aunque luego ficharían al ex jefe de equipo, Brivio y Suzuki, “en ese momento no sabía que pronto llegaría a un acuerdo”, pero lo que más le sorprendió a Brivio fueron las palabras de Shinichi Sahara hacia él: "Se puso en contacto conmigo y me dijo que tenían ganas de volver, que lo harían en 2014 y querían saber si Rossi se uniría al proyecto".
Tales eran las ganas en Hamamatsu de tener a Rossi entre sus filas que “estaban dispuestos a todo: a establecer la sede del equipo aquí en Italia, para que estuviera cerca de Rossi. Ya tenían en mente establecer su cuartel general en Italia".
Rossi, lejos de decir que no, mostró interés. Quería ir a Suzuki pero había un problema: el contrato con Ducati le dejaba libre en 2013, y Suzuki quería llegar en 2014. No podía estar un año parado: “Se lo dije a Valentino, pero él me respondió que necesitaba una moto para 2013, no para 2014, así que no podía esperar a Suzuki”.
En su lugar llegó una dupla de españoles al box azul en su último regreso: Aleix Espargaró y Maverick Viñales.