Si algo he aprendido de los grandes campeones en cualquiera que sea la disciplina en la que compiten, es que siembre ensalzan los méritos de sus rivales. La razón es muy sencilla y es que cuanto más fuertes y mejores sean tus rivales, más mérito tendrá el éxito conseguido.
Puede que lo hayas tenido fácil y que poco más haya sido un paseo triunfal durante la temporada, pero aun así casi que estás obligado a mentir y decir que el resto de participantes te lo ha puesto muy difícil. Serás más grande cuanto más grandes sean tus triunfos. Bueno, igual si eres Jorge Lorenzo no porque dirán que te lo han regalado, pero eso daría para otra historia.
Es por ello que en muchos casos no entiendo como algunos deportistas le restan méritos a sus rivales. Es como si se tirasen piedras contra su propio tejado. Y todo ello viene a cuento al leer las declaraciones de Johann Zarco en una entrevista a MotoGP en la que habla de su título esta temporada, pero que se resume con el siguiente titular:
«Tito nunca se rindió; debo aprender de eso»
Que un piloto que se ha llevado el título con 354 puntos, 120 más que Álex Rins como segundo clasificado, hablé así del tercer clasificado le hace ser todavía más merecedor del título. Casi más que sus 14 podios, ocho victorias o siete poles. En el 2012 algunos me tacharon de loco por lo que dije, hoy solo puedo reafirmarme en ello. Ojo con él.