Álex Rins-Suzuki: el impacto en el mercado de MotoGP del primer contrato firmado tras la pandemia
Un domingo, a través de Instagram y en mitad de una pandemia. Seguro que no era así como Álex Rins y el equipo Suzuki tenían previsto anunciar que prolongaban su unión por dos temporadas más. Es más, incluso este mismo fin de semana se debía haber disputado el Gran Premio de Argentina, y Rins debía haber peleado por él.
La firma de Rins tiene una importancia histórica en sí misma. Es el primer contrato firmado en MotoGP después de la pandemia de coronavirus y la consecuente crisis económica que va a desencadenar. Los que renovaron a principios de año han salido bien parados, y ahora empieza una especie de sálvese quien pueda que altera por completo la fotografía del mercado de MotoGP.
Suzuki se asegura tres temporadas de un proyecto que desafía a Honda y Marc Márquez
Ya decía Simone Battistella, representante de Andrea Dovizioso y de Álvaro Bautista, la semana pasada que Marc Márquez había tenido mucha suerte en el timming de la firma de su contrato. Con que se hubiese esperado un mes más, no hubiese podido asegurarse los 50 millones de euros por cuatro temporadas que firmó, según el representante italiano.
"Los pilotos serán los primeros en pagar por esta situación. Los equipos intentarán salvaguardar el salario de sus mecánicos, pero seguro que habrá una revisión de los contratos de los pilotos", decía Battistella. En este marco, la renovación de Rins es histórica por sí misma. El primer contrato firmado tras la pandemia del coronavirus.
La renovación de Rins por Suzuki estaba cantada desde hace tiempo. Se daba por hecha incluso antes de que Honda anunciase por sorpresa la renovación de Márquez, pero finalmente todo se fue retrasando hasta caer en esta época de incertidumbre. Que Suzuki haya seguido adelante con lo hablado es una muestra más de confianza hacia su piloto.
Y no hay motivos para no tenerla. Si miramos la progresión de Rins desde que llegó a MotoGP en 2017 lo que observamos es un crecimiento constante. La primera temporada, ya con Suzuki, fue para puntuar y para aprender, a veces a base de palos y de lesiones. En 2018 ya llegaron cinco podios, y el año pasado por fin cayeron las dos primeras victorias. Ha sido un ciclo muy natural.
En 2020 tocaba luchar por el mundial. Con todo el respecto debido a un piloto que lleva cuatro mundiales consecutivos como es Marc Márquez, se podría decir que Rins era el favorito. O dicho de otro modo, en función a los galones el candidato número uno era Márquez, pero en cuanto a rendimiento durante la pretemporada, sin duda Rins estaba en su momento.
Ahora la realidad del mundial 2020, si es que se llega a reanudar, podría ser otra bien diferente. Pero Suzuki está trabajando muy bien, su moto es prácticamente indescifrable para los rivales y temida al mismo tiempo, y Rins es un matagigantes azul que no se arruga ante nada ni contra nadie. Tiene hechuras de campeón.
Por eso, aunque no pueda ser efectiva para 2020, esta renovación de Rins es tan importante. Supone la consolidación de un proyecto que ha cocido a fuego lento y ahora, en estas tres temporadas que tiene por delante, está en disposición de luchar de verdad por el título mundial de MotoGP.
Marc Márquez es un coloso, pero si uno tuviese que apostar por alguien que le puede quitar un título en estos próximos tres años esos serían Rins y Suzuki, incluso por encima del equipo 'antiMárquez' que se ha montado Yamaha con Maverick Viñales y Fabio Quartararo, los otros dos grandes beneficiados de la firma precoronavirus.
El mercado de MotoGP deja arrinconada a una gran fábrica como Ducati
¿Y ahora cómo queda el mercado de MotoGP? Pues complicado para muchos. Empezando por Joan Mir, cuya renovación con Suzuki se esperaba que se anunciase al mismo tiempo que la de Rins. No quiere decir esto que el campeón de Moto3 en 2017 no vaya a seguir vestido de azul, de hecho sigue siendo el favorito, pero de momento está en espera.
Su temporada 2019 fue prometedora pero inconstante, y probablemente Suzuki quiera esperar a ver unas carreras de Mir en 2020 para asegurarse de que hay un progreso similar al que en su día tuvo Rins. Si nos quedamos sin mundial, posiblemente Suzuki tenga que afrontar una renovación a ciegas. La fórmula de los contratos por dos años queda en entre dicho.
Fuera de Suzuki, y echando un vistazo más global a la situación del mercado de MotoGP, nos encontramos con que solo cinco pilotos tienen firmado un contrato para 2021. A los casos ya mencionados de Márquez, Viñales, Quartararo y Rins se une Tito Rabat, que también seguirá con el Avintia en la siguiente temporada.
Quince pilotos no tienen asegurada su continuidad, o dicho de otro modo, quince motos quedan sin jinete. Y algunas de esas monturas necesitan a alguien que les exprima al 100%. Y ahora ponemos los ojos en Ducati. La marca de Borgo Panigale se va quedando sin opciones, sobre todo si se cumplen los rumores de que Dovizioso no quiere seguir con ellos.
Las habladurías hablan de una retirada o una marcha a KTM del actual subcampeón del mundo. Ducati le estuvo tirando la caña a los cuatro pilotos que acaban de renovar con sus equipos, y solo ahora valoran al piloto que tienen en casa, un Dovizioso que le ha plantado cara a Márquez en los últimos años, salvando el proyecto Desmosedici de Ducati.
💥BREAKING NEWS💥
— Team Suzuki Ecstar (@suzukimotogp) April 19, 2020
Suzuki and Alex Rins extend their partnership for 2021 and 2022! The announcement was made via a special Instagram Live event. The team are thrilled with the renewal, which sees Alex remain in Team Suzuki Ecstar colours for 6 years 💙 @MotoGP #SUZUKing @Rins42 pic.twitter.com/q6hOB7fRxZ
Sin Dovizioso, y con un Danilo Petrucci que mucho tendría que mejorar para seguir, lo único que queda en el mercado para Ducati son apuestas a ciegas. De los pilotos que terminar contrato en 2020 y no están ya en su equipo oficial, los únicos que saben lo que es ganar una carrera de MotoGP son Jack Miller, al que tienen en el Pramac, dos veteranazos que ya fracasaron en Ducati como Cal Crutchlow y Valentino Rossi, y Andrea Iannone, que de momento está inhabilitado para correr.
Miller podría ser una opción bastante obvia para Ducati, pero a partir de ahí solo hay un nombre en la parrilla que hoy por hoy asegure ser capaz de liderar un equipo: Pol Espargaró. El catalán tiene 28 años y ya sabe que KTM al menos se va a pasar una temporada sin poder desarrollar su moto. El riesgo de que se le pase el arroz está ahí, y Ducati podría parecer una apuesta más segura.
En KTM seguro que echarán la casa por la ventana para mantener a su líder, pero la pandemia del coronavirus lo cambia todo, y Espargaró podría empezar a verse con los 30 ya pasados y sin ganar carreras en MotoGP. Su posición es la más fuerte en un mercado en el que todas las demás apuestas por un gran líder serían infundadas.
Si interesante va a estar el mercado entre las marcas, también en el caso de Aprilia y su situación con Iannone, más todavía la tendremos entre los equipos privados. Razlan Razali, el jefe del Petronas, reconocía que tanto Valentino Rossi como Jorge Lorenzo querían correr en su equipo en 2021. Un nuevo 'Dream Team' envejecido pero que sería oro en cuanto a merchandising en una época complicada.
Y por ahí también pulula el nombre de Johann Zarco, la gran promesa caída en desgracia que va a tener que demostrar en el peor equipo del campeonato que merece una moto oficial. Será interesante sobre todo para las marcas italianas. Así está el retrato de un mercado de MotoGP cada vez más enrevesado.
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