2007 es el año en el que todo un imperio japonés, representado por Honda, Yamaha, Kawasaki y Suzuki, sucumbió ante el potencial de una pequeña fábrica de pseudo-artesanos italianos como Ducati. 1.000 apasionados trabajadores italianos contra los más de 100.000 de Honda o los cerca de 50.000 de Yamaha. Una única factoria en el caso de los de Borgo Panigale, contra las cerca de 100 de Honda y las más de 50 de Yamaha. Una fábrica que vende 35.000 motos al año contra los más de 10 millones de motos que vende Honda o los cerca de 5 millones de Yamaha.
Desde 1975, nadie había tosido a la hegemonía japonesa en la categoría reina del motociclismo. Pero llegó David Stoner, que a diferencia de lo que cuenta la leyenda, no disponía de una honda, sino de una Ducati (lo siento, una broma demasiado a huevo), y se impuso a toda la competencia japonesa de los diversos Goliats de la categoría, en este caso, la Yamaha de Valentino Rossi y la Honda de Dani Pedrosa. Por eso, no podía destacar otra cosa al cierre de este 2007 que no fuera el triunfo de esta pequeña familia que supone Ducati, que a falta de personal y recursos, le ponen mucho corazón y no menos pasión. Así pues, esta noche no debemos olvidarnos de brindar por Ducati, un equipo que ha demostrado al mundo entero que las carreras se llevan en la sangre.
Que el 2008 nos traiga grandes carreras. ¡Feliz 2008 a todos!