La verdad es que se veía venir. El plan moto-e es un regalo envenenado. Teóricamente, tenía que servir para impulsar las ventas de motos. Pero en la práctica lo que está haciendo es frenar más el mercado introduciendo un factor adicional de incertidumbre y de dilación de las ventas. Incomprensiblemente, casi dos meses después de haberse anunciado a bombo y platillo, todavía no está designado el organismo o empresa que ha de gestionar las ayudas.
Con este panorama, las marcas han tenido que dar un paso al frente y además de la parte que aportan (la más importante) están asumiendo el papel de financiar la parte de la ayuda oficial, anticipándola a los clientes. Y es que lo que estaba provocando el plan moto-e era una mayor parálisis en la decisión de compra de aquellas personas que se podían beneficiar de la ayuda. Uno ya no sabe que pensar: si realmente hay una incapacidad de gestionar el tema o habrá que pensar mal.
En cualquier caso, las marcas están tomando las riendas al asumir adelantar a los clientes el importe correspondiente a la parte de ayuda oficial del plan moto-e, con la esperanza de que en el momento que el organismo gestor se ponga en marcha les pueda abonar a ellas los importes adelantados. Las dos marcas líderes de mercado, Honda y Yamaha, ya han anunciado esta medida. No me extrañaría que otras marcas siguieran su ejemplo. En el fondo, está la idea de que si no son ellas mismas las que se ocupan de trabajar activamente para reactivar el mercado, nadie lo va a hacer por ellas.
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