La crisis sanitaria por los contagios a nivel mundial de COVID-19 está haciendo mella en la economía y los fabricantes de motos están entre los afectados. Prácticamente todos han parado sus cadenas de producción y eso es un problema en este año de transición hacia la normativa Euro 5.
Y es que todavía son muchos los modelos que no han homologado sus actualizaciones para ponerse al día en cuanto a las nuevas restricciones europeas y con la obligación de permanecer con la persiana cerrada en las plantas, las marcas reclaman un retraso en la puesta en marcha definitiva o no serán capaces de llegar a tiempo a 2021.
Las marcas de motos reclaman más tiempo para recuperar las pérdidas de este año
Puede que los fabricantes hayan esperado demasiado para ponerse a trabajar en la adaptación de sus motos a las nuevas restricciones pero también es verdad que el coronavirus ha empeorado toda la situación y que su impacto es un motivo más que justificado para que la llegada de la Euro 5 no se efectúe en el plazo estimado, que es lo que Bennetts asegura que se está empezando a pedir.
Marcas como Yamaha, KTM, Husqvarna, GasGas y Ducati fueron las primeras en poner 'a salvo' a sus trabajadores cerrando las instalaciones, mientras que BMW, Harley-Davidson y otros tantos no tardaron en hacer lo mismo, algunos prácticamente obligados por las medidas establecidas en los países en los que llevan a cabo la fabricación de sus motos.
Según lo acordado, desde el 1 de enero de 2020 solo pueden homologarse monturas que pasen las pruebas de homologación de tipo Euro 5, mientras que a partir del comienzo de 2021, no se debería poder vender ninguna moto que no cumpla con esta normativa.
Aunque esto hay que cogerlo un poco 'con pinzas', ya que en 2017 se puso en marcha la activación de Euro 4, es decir, la fase en la que ya no se podían matricular vehículos de dos ruedas que no la respetasen y hubo una moratoria de dos años para vender el stock acumulado, como ya antes había ocurrido con la Euro 3. Eso sí, siempre respetando unos condicionantes y con un máximo de ventas que se limitaba a las últimas tiradas fabricadas en un plazo legal.
Si por aquel entonces hubo una cierta 'manga ancha', ni que decir tiene que en esta ocasión también la iban a tener y que también estaba establecida en dos años pero no les faltan argumentos para pedir que Euro 5 se aplace al menos un año más, lo que permitiría trabajar tras lo que se podría considerar como 'un año perdido' para muchos. Estaremos atentos a las noticias que nos lleguen al respecto.
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