Las grandes ciudades se plantan contra el patinete eléctrico. Las medidas que se van tomando no son precisamente las de favorecer su uso, al contrario. En Barcelona y Sevilla ya los han prohibido en el transporte público, y ahora quieren hacerlo en todo París con los de alquiler.
plantando al patinete eléctric. Las medidas que se van tomando no son precisamente las de favorecer su uso, al contrario. En Barcelona y Sevilla ya los han prohibido en el transporte público, y ahora quieren hacerlo en todo París con los de alquiler.
Motivos ecológicos y muchos accidentes
En la ciudad del amor quieren cargarse los patinetes eléctricos de alquiler, algo con lo que el gobierno municipal no parece demasiado cómodo. El próximo de 2 abril habrá un referéndum en el que los parisinos están llamados a elegir si expulsan o no a las empresas de alquiler de patinetes eléctricos de la ciudad.
Parece que las medidas que tomaron en el ayuntamiento de la ciudad de limitar el número de operadores de patinetes eléctricos no fue suficiente. Hasta el momento solo había tres empresas que ofrecían el servicio: Lime, Tier y Dott.
En el contrato que ganaron las tres empresas tenían hasta febrero de 2023 para explotar los servicios, pero parece que los parisinos se han cansado de los sucesivos problemas con ellos. Así que un mes después de que venza el contrato, en abril, la ciudad irá a las urnas para decidir qué hacen con ellos.
Eso supondría que los parisinos dirían adiós a unos 15.000 patinetes eléctricos, que son utilizados por una media de 400.000 usuarios únicos cada mes. Le Parisien también señala que entre 2021 y 2022 los trayectos en estos VMP crecieron un 90 %, y es la ciudad europea donde más se utilizan.
La alcaldesa de la ciudad, Anne Hidalgo, ya ha dicho que no quiere más patinetes en la ciudad, pero prefiere que sean sus ciudadanos quienes tengan la última palabra. Su "idea es poner fin" a estos vehículos en las calles, argumentando que no son ecológicos y que el número de accidentes es grande.
Hidalgo ya dio la oportunidad a las tres empresas del contrato para hacer propuestas y evitar el referéndum. En la mesa pusieron 11 medidas como utilizar cámaras para detectar violaciones, verificación de edad o una matrícula. Ninguna de ellas ha salido adelante.
Las medidas son progresivas, porque al principio había hasta 12 startups diferentes en Francia: Bird, Bolt, Bolt by Usain Bolt, Circ, Dott, Hive, Jump, Lime, Tier, Voi, Ufo y Wind. Después de la criba dejaron solo a tres. La muerte de un peatón en 2021 hizo que muchas zonas se limitasen a 10 km/h para los patinetes y ahora directamente se los quieren quitar de en medio.
Luego está la cuestión ecológica. Parecían una solución sostenible para mejorar la movilidad, pero no siempre es así. Según un estudio de la Universidad de Carolina del Norte publicado en la revista Enviromental Research Letters, un patinete eléctrico privado tiene un ciclo de vida de unos dos años. Unos dos meses para uno de alquiler. El coste ambiental se dispara teniendo en cuenta la huella de carbono de producir más unidades, transportarlas, reemplazar las viejas...
El debate nacional ya está servido, pero no solo en París. Si nos miramos el ombligo, en España las limitaciones a estos VMP van llegando en cascada. La primera que se atrevió a prohibir fue Barcelona: la Autoritat del Transport Metropolità (ATM) fue el precedente a Sevilla, que directamente los prohibió en los trenes y autobuses de Cataluña.
La última ha sido Tarragona. No quieren patinetes eléctricos en el transporte público y prohibirán su uso durante seis meses. El efecto cascada parece ir a más a medida que pasan los meses en toda la zona euro. En el Reino Unido los patinetes eléctricos son técnicamente ilegales en todos los lugares públicos.