Se está poniendo más interesante el campo de los cascos para motoristas. Cada vez se utiliza más tecnología y materiales que reducen su peso mientras que mejoran su nivel de seguridad y la protección del piloto.
El MK1 Smart Helmet es el último producto que nos llega desde la startup australiana Forcite: un casco lleno de gadgets y pensado para hacer más fácil la vida del motero con respecto al entorno que le rodea.
Con la compra del casco está en juego una MV Agusta Brutale 800 RR
Lo mires por donde lo mires, el MK1 Smart Helmet está lleno de aparatos que van a atraer la atención de aquellos que quieren unir tecnología y seguridad. Está equipado con una cámara delantera que puede grabar el entorno gracias a su lente de ojo de pez de 166 grados. La cámara es HD, tiene una resolución de 1080 píxeles y graba a 30 fotogramas por segundo. Está ubicada de una forma estratégica y protegida en la zona de la barbilla. En España no estaría permitida su utilización para grabar en la calle por la Ley Orgánica de Protección de Datos.
También tiene un sistema de audio y comunicación (micrófono incluido para intercom) con conectividad bluetooth y WiFi. El primero incluye dos altavoces a cada lado de la cabeza que están colocados dentro del casco. A través de ellos se puede escuchar música, recibir llamadas telefónicas y escuchar instrucciones de navegación.
Aunque este casco no tiene un display para ver las indicaciones del GPS a través de un mapa, además del audio con la navegación tiene un sistema de luces de colores LED que va guiando al usuario. La luz está colocada en la parte inferior de la visera dentro del casco, justo en frente de la nariz (no sabemos si esta ubicación puede llegar a molestarnos mientras rodamos).
Cada color significa algo diferente: El color verde nos indica si tenemos que ir a la derecha o a la izquierda, el naranja que tengamos precaución en ese momento, con el azul podemos encontrarnos mal tiempo y una combinación del color rojo y azul significa la proximidad de la Policía. Todos estos colores aparecen parpadeando y sirve como complemento a unas advertencias acústicas. Por eso nos planteamos si estas señales lumínicas podrían distraer más que ayudar.
Además de toda esta tecnología, el casco tiene hasta ocho ventilaciones que favorecen el flujo de aire, algo que se agradece todavía más en verano. También tiene un alerón trasero que mejora la aerodinámica. Tiene un forro antibacteriano que es removible y lavable, algo que es normal en la mayoría de los cascos actuales. Su batería de 1.400 mAh tiene una duración de unas 5 horas y el peso de todo el casco es de 1.550 gramos.
Forcite ha lanzado el MK1 con un pack para aquellos primeros compradores que incluye una camiseta, una visera transparente, una lente de repuesto para la cámara, dos pinlocks, una bolsa, un control del casco desde el manillar, una garantía de 24 meses y el honor de formar parte de la familia Forcite, que no sabemos qué implica exactamente más allá de obtener una insignia. Incluso aquellos que opten a su compra entran en el sorteo de una MV Agusta Brutale 800 RR.
A la hora de comprar el casco, que solo se puede hacer a través de la web, se puede elegir entre un acabado brillante o uno mate y se puede escoger entre una visera oscura o una transparente. Solo se fabricarán 1.000 cascos, las entregas de momento son en Australia y se realizarán a partir de diciembre de 2019. Su precio, con todo el pack mencionado anteriormente, es de 944 euros.
Forcite, una startup de Sydney fundada por dos ingenieros industriales en 2013, ha conseguido tener un apoyo económico de unos 2,5 millones de euros para poder desarrollar estos cascos. Prometen una tecnología que ayude al motorista y les complemente en su seguridad, pero ¿realmente llegaremos a ver estos cascos?¿Funcionarán correctamente o son papel mojado de una compañía que promete el oro y el moro, pero que al final se quedará solo en una idea?