Hace mucho tiempo que tenía el gusanillo de entrar con la moto al circuito. He hecho decenas de miles de kilómetros en viajes con muchos tipos de motos diferentes. Pero tenía la espina clavada de rodar en circuito en moto. Varias veces había estado tremendamente cerca de hacerlo, pero siempre pasaba algo que impedía ese fin de semana ir al circuito. La cantidad de veces que he estado mirando las carreras a pie de pista, desde las gradas o los boxes, había alimentado esa ilusión que luego siempre se iba aplazando.
Tampoco es cierto del todo que no haya rodado en circuito: Hace años entré en Montmeló con varios coches y durante unas temporadas estuve corriendo en karting con una bestía de 125 cc con marchas (de acuerdo que son circuitos más pequeños, pero circuitos al fin y al cabo). Y después de varios intentos de entrar en moto, hace unos meses tuve la oportunidad de participar en uno de los cursos de la Escuela Honda by ZK en Montmeló. La experiencia fue estupenda. Tan adictiva que estoy convencido de que repetiré este año.
Creo que el lema de la Escuela Honda by ZK, Aprende en el circuito lo que la carretera no te puede enseñar, deja muy claro el planteamiento de estos cursos. No son una competición sino una oportunidad para mejorar y pulir la conducción en moto en un entorno seguro y con el asesoramiento de gente muy acostumbrada a rodar. El hecho de que las motos lleven transponder y puedas ver los tiempos que haces no debe confundir: los tiempos son una manera de ir mostrando los progresos cada vez que sales a pista.
Parece una frase hecha que cada vez que sales a pista mejoras, pero la verdad es que la mejoría la vas notando a lo largo de todo el día. Cada vez ruedas más cómodo, las curvas se suceden de manera más fluída, vas inclinando con más naturalidad: en definitiva, sientes como cada vez ruedas más rápido y más seguro a la vez. La combinación del éxito.
Montmeló tampoco es que sea un circuito escuela. Impresiona. La recta es muy larga y las curvas son muy rápidas. La pista es muy amplia, lo que hace que la cuerda de la trazada sea muy larga en cada curva y estás muchísimo rato inclinado (o eso me parecía…). Es una pista rápida y enorme para el que entra por primera vez a un circuito. Las vallas se ven muy lejos y hay escapatorias y las bañeras de grava y tierra están por doquier. Vamos, que casi entran ganas de tirarse a “la piscina”. Bueno, eso tampoco.
El día empieza temprano y al llegar te das cuenta que vamos a convivir diferentes públicos en la pista. Hay quienes llegan con las motos en remolque, algunas sin matricular, ya exclusivas para circuito. Otros muchos llegan rodando por la carretera en su propia moto. En la cola para acreditarse, hay gente con ganas de comerse el mundo y bajar inmediatamente a rodar, y también hay las miradas más temerosas de los que no conocemos la liturgia. Afortunadamente, se hacen tres grupos diferenciados en función de la experiencia de cada uno. Se trata de que todos podamos disfrutar, y con grandes diferencias en pista ni los más rápidos ni los más lentos disfrutan. De hecho, a lo largo de cada sesión se irá reclasificando gente en función del nivel.
Además de bajar a la pista (al final te das cuenta hay tiempo de sobra: cada participante sale a rodar seis veces) hay una interesante sesión teórica donde se explican fundamentos de la conducción en moto, y específicamente, de la conducción en circuito. Posición sobre la moto, las aceleraciones, las frenadas, las trazadas (hay conos a los bordes de la pista para ayudar en la trazada ideal), las dinámicas de las tandas, etc… Se pasan unos vídeos donde muestran como deben hacerse algunas cosas y como no deben hacerse otras. Los errores mejor verlos en el vídeo.
La sesión teórica dura media hora que pasa volando. Y después, llega la hora de la verdad, a la pista. De todos modos, una constante durante todo el día va a ser volver al aula varias veces para poder ver y comentar los vídeos que los monitores nos graban en la pista y darte pistas que directamente podrás poner en práctica en la siguiente tanda. Lo del vídeo fue uno de los grandes descubrimientos del día: la gran diferencia entre como te sientes encima de la moto y luego cuando te ves grabado. Pero no quiero anticipar nada: luego os explico.
La verdad es que se pasan nervios al formar la parrilla en los boxes para salir a pista por primera vez en el día. Van saliendo las filas y cuando enfilas la larga recta de salida de los boxes de Montmeló lo ves todo inmenso. Esta primera salida es una sesión libre de 20 minutos de calentamiento para que todo el mundo vaya ubicando la pista. El warm-up. A mí me pareció la sesión más dura de todo el día. Montmeló es muy amplio y cuesta intentar aprovechar toda la pista.
Tantas veces he visto Montmeló desde fuera y tan fácil que parece. Frenada de final de recta en las enlazadas que dan paso al curvone (carajo, ¿esto era a fondo?). Recta, frenada y entrada a derechas a Repsol. Bajada. El ángulo Seat, la Masia y para arriba otra vez. Curva Campsa, la recta de atrás y frenada para llegar a La Caixa y entrar en el estadio. Banc Sabadell, New Holland y de nuevo hacia abajo, directo a la curva de entrada en recta (¡pero como es posible que Rossi adelántase a Loenzo en esta entrada a recta!). Recta laaaaaarga y vuelta a empezar. Cada vuelta es un mundo. Que diferente es la teoria de la práctica.
Acaba la sesión de calentamiento y enfilo hacia los boxes. Cansado. El día va a ser largo. Esta primera sesión ha servido para darme cuenta de lo muchísimo que me falta por aprender. Suerte que hay todo un día por delante para aprender.
Pero la experiencia del curso os la explicaré mañana…
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Más información | Escuela Honda by ZK, Circuit de Catalunya, ZK
Fotos | Francesc Montero