Probamos la Yamaha XSR700 XTribute: estética de XT500, 75 CV y un comportamiento excitante para el A2
Las bandas tributo están de moda, está claro. Grupos míticos de la segunda mitad del siglo XX están volviendo a la vida a través de las voces y melodías de músicos actuales, y parece que en el mundo de las motos nos hemos contagiado con la Yamaha XSR700 XTribute.
Sin cambios mecánicos en su haber, esta XTribute es un homenaje al legado de la firma japonesa, una moto que rinde pleitesía a la célebre Yamaha XT500 de 1981 y que hasta nos trae recuerdos de un joven Sylvester Stallone encarnando a John Rambo en su huída sobre una XT250 en 'Rambo: Acorralado' (1982).
Yamaha XSR700 XTribute: autohomenaje
Cuando la ofensiva de las motos japonesas se hizo realmente fuerte tanto en Europa como en Estados Unidos en los años 70 y 80 llegaron a nuestras tierras motos modernas, con un comportamiento refinado y acabados de calidad a precio razonable para conquistar a los moteros europeos y americanos.
Una de aquellas motos que hicieron babear a muchos fue la Yamaha XT500. Esa legendaria moto trail campera con concesiones a la polivalencia se hizo un nombre gracias a unas buenas cualidades dinámicas y una fiabilidad a prueba de balas. El primer modelo nació en 1976 pero la decoración realmente célebre fue la estrenada en 1981.
Casi cuatro décadas después de su nacimiento en Yamaha han recuperado aquel esquema para lucirlo de forma magistral sobre la XSR700. El resultado es la Yamaha XSR700 XTribute, una moto que rinde pleitesía a su antecesora con un conjunto muy bien conseguido.
Salta a la vista su esquema de pintura que replica los mismos colores que la XT500 original, pero además también utiliza los mismos emblemas, llantas pintadas en dorado, un cuadro de mandos esférico distinto, fuelles en las horquillas, protectores de las barras, protectores del radiador y tapones del chasis con el logotipo XSR, además de diferentes elementos pintados en negro.
Para completar el guiño a la XT500 más famosa en Iwata han cargado a la XSR700 con una serie de cambios que incluyen un manillar específico con refuerzo superior 40 mm más ancho, un asiento 30 mm más alto y totalmente plano con el logotipo del modelo en la parte trasera, estriberas dentadas, puños estilo offroad y neumáticos Pirelli MT-60RS que le dan el toque scrambler definitivo.
En resumidas cuentas, la XTribute es una vuelta de tuerca estética a la XSR700 tradicional, sin grandes cambios, pero la modificación que cohesiona todo el conjunto, el que es más importante y le da todo el sentido al estilo retro scrambler no es de serie. El escape Akrapovic alto, elevando por el lateral derecho y de forma cónica que ves en las imágenes es sólo opcional, e incluirlo de serie subiría el precio un escalón por encima.
Estilo de los 80 con un comportamiento muy actual
Con muchas ganas de ver qué tal se comporta el poliédrico motor CP2 que poco antes habíamos probado en la Yamaha XTZ700 Ténéré, nos subimos al asiento de la XTribute para encontrarnos con un espacio realmente acogedor. El asiento está colocado a 835 mm de altura y llegamos al suelo perfectamente con los dos pies, pero lo mejor es el extremadamente confortable mullido del asiento. Grueso, blandito y cómodo.
Ante nosotros las bonitas líneas longitudinales del depósito nos llevan hasta una zona delantera donde nos espera un cuadro de mandos digital colocado de forma asimétrica, desplazado hacia la derecha. Está heredado de la XSR900, sus gráficos son simples pero completos y su legibilidad es perfecta incluso a pleno sol.
Encendemos a este pequeño tributo sobre ruedas y nuestros tímpanos se topan de inmediato con un precioso sonido procedente del escape esloveno. No podemos evitar acelerarlo en parado, nos incita, pero aún más bonito es escucharlo en movimiento donde tras unos pocos metros nos deleita con algún sutil petardeo en retenciones.
La percepción general de la XSR700 XTribute es la de una moto que gusta, una moto con la que apetece mirarse reflejado en los escaparates, pero no es sólo una moto de aspecto cuidado, sino que también es una montura agradable de conducir, fácil entre el tráfico urbano, dócil y aterciopelada para usar todos los días de la semana. El embrague es sedoso y el tacto del acelerador perfecto para no intimidar a los menos experimentados.
Pero no, no es una moto de postureo únicamente ni una para ir de terrazas, son dos ruedas a las que les gusta rodar. Después de haber hecho el californiano sobre la arena de playa enfilamos el camino a por una buena dosis de curvas. Allí el motor de dos cilindros, 689 centímetros cúbicos, 75 CV y 68 Nm de par motor vuelve a mostrar su mejor cara con un comportamiento más que solvente, equilibrado y aspiracional en la medida de sus posibilidades.
El CP2 de Yamaha es un motor lleno en bajos y medios, pero que en la zona alta del tacómetro también aguanta el tipo, por lo que en tercera velocidad podremos hacer eternos tramos de curvas. Incluso apenas a 2.000 revoluciones en segunda nos olvidamos de reducir a primera en las horquillas más cerradas porque encontramos una dosis razonable de empuje sin coces.
Cuando aceleramos el paso los 75 CV rinden de manera más que suficiente en un conjunto bastante ligero, ya que coloca sobre la báscula un total de 186 kg con todos los llenos hechos. Hay empuje para rodar tranquilos por autopista con reserva de potencia para ejecutar cualquier maniobra y entrega más que enérgica para sacarte una sonrisa rodando entre montañas. La respuesta tiene un cierto carácter gamberro que hace a esta XSR una moto muy apetecible.
La parte ciclo también acompaña estas sensaciones y es gracias a un chasis de tubo de acero compacto que se complementa con una horquilla convencional en el tren delantero y un monoamortiguador trasero que aportan unos reglajes bien balanceados al conjunto. Ambos trenes están puestos a punto con un buen compromiso entre confort y consistencia, aunque tiran un poco hacia unos reglajes durillos, por lo que en conducción animada la XSR700 XTribute se comporta de maravilla.
No hay flaneos y la dirección se siente precisa en apoyos, incluso cuando trazamos curvas enlazadas dando gas donde el tren delantero tiende a aligerarse. El manillar más ancho ayuda a hacer palanca a la hora de tirar la moto hacia el interior. Y es que entre curvas la XSR700 XTribute se comporta de una manera noble y ágil.
Los frenos están a la misma altura que las suspensiones y el doble disco de 282 mm mordido por pinzas de cuatro pistones tienen un mordiente dosificable pero con mucha potencia al mismo tiempo, perfecto para echar el ancla llegando a las horquillas más cerradas. Allí precisamente será donde echemos en falta algo de lo que la XSR700 XTribute sí carece y es de un embrague antirrebote, por lo que en las reducciones más fuertes la rueda trasera tiende a bloquear un poco.
La pisada del conjunto es realmente buena y los Pirelli MT-60RS que equipa de serie sorprenden. Pese a tener taco y mucho dibujo al estilo scrambler, estas ruedas mixtas en carretera se comportan a la perfección. No sólo no generan vibraciones, sino que además tienen muy buen agarre en ambos trenes y aportan una dosis extra de confianza al conjunto.
En Yamaha se han querido tirar a la piscina y nos prometen que la XSR700 XTribute también es una moto apta para su uso fuera del asfalto como en su día lo fue la XT500, así que nos metimos por un camino pedregoso en el que nos dimos cuenta rápidamente de que el offroad no es su entorno. Las llantas de 17 pulgadas no pisan bien por mucho neumático mixto que equipe de serie y su maniobrabilidad es limitada.
La virtud del equilibrio hecha culto
Aunque en realidad la XSR700 es un modelo que ya conocíamos, la XTribute se presenta como un paso más en la gama Faster Sons nacida en 2015. En Iwata quieren seguir explorando el alcance de su gama con una oferta cada vez más completa que con este guiño al pasado quiere ganarse el corazón de los más talludos.
Además de una estética atractiva, la XTribute se luce con un comportamiento envidiable que compagina el refinamiento con las emociones, valiendo tanto para el usuario adulto que tuvo una XT500 en su día como para el joven millenial que quiere estar a la última sobre dos ruedas.
El precio de la Yamaha XSR700 XTribute es de 8.499 euros, una cifra que se sitúa 800 euros por encima del precio de la XSR700 normal y que se mete en la guerra de otras motos de estilo retro como las Ducati Scrambler 800 desde 9.190 euros, Triumph Street Twin por 9.200 euros, los 10.215 euros de la Husqvarna Svartpilen 701 o la más reciente Honda CB650R Neo Sports Café por 7.990 euros.
A excepción de la Honda, la XSR700 XTribute es al mismo tiempo la más barata y la más potente de todas las opciones disponibles entre la competencia y su estética es probablemente la más conseguida para los amantes del estilo clásico, aunque ya sabes que en cuestiones estéticas todo es subjetivo.
Yamaha XSR700 XTribute 2019 - Valoración
7.0
A favor
- Motor juguetón
- Buen comportamiento dinámico
- Asiento confortable
- Estética bien conseguida
En contra
- Escape Akrapovic opcional
- Precio algo elevado
- Sin embrague antirrebote
Yamaha XSR700 XTribute 2019 - Ficha técnica
Motor | ||
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Tipo | Bicilíndrico en paralelo, 4 tiempos, 4 válvulas por cilindro, DOHC | |
Cilindrada | 689 cc | |
Diámetro x carrera | 80 x 68,6 mm | |
Compresión | 11,5 : 1 | |
Potencia | 75 cv a 9.000 rpm | |
Par Motor | 68 Nm a 6.500 rpm | |
Embrague | Multidisco en baño de aceite | |
Caja de cambios | Seis velocidades | |
Transmisión final | Cadena | |
Parte ciclo | ||
Chasis | Tipo diamante de acero | |
Suspensión delantera | Horquilla telescópica con 130 mm de recorrido | |
Suspensión trasera | Monoamortiguador con 130 mm de recorrido | |
Freno delantero | Doble disco de 282 mm, ABS | |
Freno trasero | Monodisco de 245 mm, ABS | |
Rueda delantera | 120/70 ZR 17 | |
Rueda trasera | 180/55 ZR 17 | |
Dimensiones y pesos | ||
Avance | 90 mm | |
Longitud | 2.075 mm | |
Anchura | 820 mm | |
Altura | 1.130 mm | |
Altura del asiento | 835 mm | |
Distancia entre ejes | 1.405 mm | |
Altura libre al suelo | 140 mm | |
Peso en orden de marcha | 186 kg | |
Capacidad depósito | 14 litros | |
Precio | 8.499 euros |