Probamos el Yamaha XMAX 300 Tech Max: un scooter medio que sigue haciendo méritos para rozar lo impecable
Cuando una moto tiene casi edad de votar es porque su marca algo habrá hecho bien durante este tiempo. Nacida como un punto medio entre la todopoderosa TMAX y los modelos más accesibles, la Yamaha XMAX 300 Tech Max es la evolución aún más premium de un modelo con muchos argumentos.
Si antes ya era una de los scooter más completos del panorama, ahora los de Iwata buscan poner un paso por encima de la competencia a su buque insignia medio. Nos hemos ido a Milán a probarla y una cosa está clara: sigue siendo la referencia.
Yamaha XMAX 300 Tech Max: luciendo galones
En 2001 nació toda una referencia que cambió para siempre el segmento de los scooter, ya fueran de gran cilindrada o de cubicajes mucho más modestos. Nació el Yamaha TMAX con aquella inconfundible decoración en amarillo y negro. Fue un éxito.
Apenas cuatro años más tarde, en 2005, la primera Yamaha XMAX se lanzó al mercado con exactamente la misma combinación de colores. También fue un éxito.
Ahora la Yamaha XMAX 300 sigue tan viva como entonces, y queriendo acercarse más y más a su hermano mayor. Sobre todo ahora que el XMAX 400 ha dejado de comercializarse.
Esto salta al primer vistazo. El Yamaha XMAX 300 Tech Max fusila las combinaciones de colores utilizadas por el TMAX, pero también reinterpreta sus formas para acercarlas al cambio de diseño del megascooter de la marca.
Aunque pueda parecer que es más o menos el mismo modelo que era hasta ahora, las líneas son más afiladas que antes y se vuelcan con mayor intensidad sobre el tren delantero. Toda la iluminación es LED, las luces delanteras ahora adoptan una forma de X (hola, ¿Panigale?) y los intermitentes delanteros abandonan el escudo para volver a integrarse en la zona del manillar como antes.
En la parte trasera también hay un rediseño importante de las formas, con un faro doble más estilizado y líneas ascendentes y puntiagudas. También se replica la forma cruzada de la parte delantera.
No puede faltar la seña de identidad de la saga. El simbólico boomerang que en su día se estrenó con el chasis del TMAX vuelve a estar muy presente. La parte central del scooter está presente tanto en la vista lateral por debajo del asiento como si miramos al scooter desde arriba.
Esta parte central precisamente es una de las que más se han remodelado con respecto a la versión saliente. El asiento es protagonista principal y ahora aunque está colocado a los mismos 795 mm del suelo ahora es más estrecho para cerrar el arco de las piernas y llegar mejor al suelo.
Se llega bien con los dos pies, no solo con las puntas, pero para hacer maniobras empujando subidos tendremos que pivotar de un lado a otro porque al final las plataformas son anchas. Eso sí, se siente bastante ligero y es que ese es uno de sus puntos fuertes: en orden de marcha pesa 183 kg.
Ahora que ya estamos colocados sobre el asiento seguimos cacharreando con las novedades que incluye el nuevo XMAX 300 Tech Max. El primero es el arranque sin llave que nos permite encenderlo, desbloquearlo o abrirlo sin sacar el mando del bolsillo.
El apellido Tech Max nos avanza que estamos ante una versión más equipada que la Tech Max a secas, y en este caso incluye un tapizado específico para el asiento, inserciones tapizadas a juego del color de la carrocería, puños específicos, brazos de los retrovisores de aluminio, protectores metálicos en las plataformas, logotipos y decoraciones específicas.
Pero lo que más cambia de todo es el conjunto de doble pantalla para el cuadro de mandos. Por un lado tenemos una pantalla LCD monocromática de 3,2 pulgadas para la velocidad, parciales e indicador de combustible en la parte superior.
En la parte inferior del cuadro la pantalla principal se ha sustituido por una pantalla TFT a color de 4,3 pulgadas con tres opciones de visualización (Tacho, Eco y Speed) y compatibilidad con navegación Garmin Streetcross a través de la app MyRide de Yamaha.
Nos ha parecido una instrumentación muy completa y vistosa, que se abre definitivamente al mundo de la conectividad tanto como para permitirnos gestionar llamadas o leer mensajes de texto (en parado). Eso sí, las dos aplicaciones tendrán que estar abiertas y en funcionamiento para que todo funcione como es debido.
La instrumentación en sí misma nos ha parecido muy práctica aunque nos hubiera gustado que se aprovechase más el espacio disponible para insertar una pantalla más amplia y que incluyera números más grandes. Algunos pueden resultar demasiado pequeños para algunos usuarios.
Hablando de pantallas aunque de otro tipo, el parabrisas de la Yamaha XMAX 300 Tech Max también es nuevo y se ha rediseñado para ofrecer una mejor protección aerodinámica. Es regulable en dos posiciones (50 mm arriba o abajo) aunque es necesaria herramienta.
También se han diseñado unas nuevas manetas de freno que se adaptan mejor a manos grandes y pequeñas y por eso no se ha recurrido a manetas regulables, según la marca. Yo tengo chiquimanos y no puedo poner pegas a las manetas, y eso que suelen quedarme lejos normalmente en todas las motos.
Solvencia y precisión en un scooter medio
Salimos a hacer kilómetros desde las caóticas calles de Milán hasta el Lago de Como. Una buena tirada de kilómetros para una sola jornada de scooter en la que combinamos tanto el tráfico urbano más intrincado como las carreteras de curvas con buen asfalto. De paso también pillamos un diluvio salvaje. Los coletazos del que obligó a cancelar el Gran Premio de Italia de F1 solo unos días atrás.
El XMAX 300 Tech Max es un scooter cómodo. La posición a los mandos es relajada, todo está en su sitio y se nota el mimo que le han puesto a la ergonomía. Las manos quedan en una posición baja, la espalda estirada y tenemos sitio longitudinalmente para colocar el culo hasta el tope lumbar del asiento. También hay bien de espacio para los pies en las plataformas.
La protección aerodinámica es buena y el pecho queda bastante bien protegido y más o menos hasta medio casco, así que en las vías más rápidas resulta un scooter acogedor para ir a un ritmo alto sin sufrir demasiado. Las piernas también quedan resguardadas y no se mete mucho aire (ni lluvia, aunque si te paras sí, claro...).
En las tripas se esconde un motor monocilíndrico que supera la normativa Euro 5 para ofrecer unos buenos 28 CV a 7.250 rpm y 29 Nm a 5.750 rpm. Cifras que en el mundo real se convierten en un empuje lineal y constante apto para todos los públicos.
A bajas revoluciones funciona muy fino evitando ser rumoroso ni transmitir vibraciones, con una buena conexión entre el puño derecho y la rueda trasera. Cuando queremos extraer todo su potencial y retorcemos el puño derecho también tenemos chicha y puede afrontar recuperaciones de manera bastante solvente y estirar hasta su velocidad máxima de forma decente.
No será el motor más potente de la categoría, sobre todo porque muchos rivales han subido hasta los 350 cc, pero sí es sin duda uno de los mejores en cuanto a calidad de tacto y consumo. Culpa de este buen hacer la tienen su culata de cuatro válvulas, un peso ajustado y la tecnología Blue Core de la marca que busca la mayor eficiencia y refinamiento posibles. Declara 138 km/h de velocidad punta y un consumo de 3.0 l/100 km, que se traduce en uno 400 km de autonomía teórica.
La parte ciclo no introduce cambios, y es que en la última revisión del modelo (2017) ya se hicieron cambios en profundidad. El chasis de tubo de acero se acompaña de una horquilla delantera convencional con doble tija (tipo moto) y un doble amortiguador trasero (regulable en precarga) con recorridos de 110 y 79 mm respectivamente.
Esta configuración combinada con llantas de 15 y 14 pulgadas con neumáticos de 120 y 140 mm delante y detrás respectivamente ofrecen al conjunto con una muy buena pisada. En ciudad se comportan de manera amable y se deja hacer. Puedes moverla con mucha soltura y es fácil de llevar incluso para los menos experimentados, digiriendo bien los baches y las calles adoquinadas.
Una vez en carreteras el primer tramo blandito de la horquilla deja paso a un comportamiento mucho más consistente y sale a relucir una muy buena dosis de precisión que yendo rapidito te saca alguna que otra sonrisa. Entra a curva con facilidad, no hay flaneos y aguanta el tipo tanto en tumbadas tocando frenos como dando gas.
En el apartado de frenos tenemos un conjunto bastante convencional con un disco simple delante de 267 mm y otro de 245 mm en la parte trasera. Yamaha no ha encarecido el producto con materiales innecesarios y las pinzas son axiales.
Frena de manera correcta delante aunque le vendría fenomenal un poquitín más de mordiente, en cambio el freno trasero es perfecto para frenar con la moto plana, contener la transferencia de peso y dosificar a la entrada de las curvas.
El ABS no es especialmente intrusivo salvo que hagamos el bruto, momento en el que la rueda delantera empieza a chillar y se alarga la frenada. En conducción normal-animada no da guerra y deja hacer. Lo mismo con el control de tracción, que solo lo hemos visto entrar al pasar por encima de alguna zona de asfalto muy sucio. Ni siquiera ha saltado debajo del aguacero.
Sangre azul entre los scooter
En cuanto a usabilidad pues sigue siendo de lo mejorcito de la categoría. Debajo del asiento del XMAX 300 el hueco ya estaba muy bien valorado por su capacidad de carga, y no la ha perdido.
El cofre sigue teniendo hueco para dos cascos integrales aunque ahora el delantero se coloca longitudinalmente y habrá que tener cuidado con los cascos más deportivos. Entre medias hay espacio para guantes o algo más de carga. Muy bien resuelto porque en total son 43,7 litros de capacidad de carga.
Esta capacidad se complementa con una doble guantera detrás del escudo en la que tenemos una toma USB (izquierda). Son aprovechables y cuentan con cierre, aunque en un par o tres de unidades de las presentes en esta presentación comprobamos que la guantera derecha se abría sola al pasar por un bache un poco gordo. Algo que seguramente sea fácil de solucionar.
No hay duda que el Yamaha XMAX 300 forma parte de la nobleza entre los scooter intermedios. La versión Tech Max va aún más allá para colocarse por encima de la media en cuanto a refinamiento, tecnología, seguridad y calidad tanto de acabados como de rodadura.
Eso también le sitúa un paso por encima en cuanto a precio, incluso de su mismo modelo base. El Yamaha XMAX 300 cuesta 6.499 euros, y el XMAX 300 Tech Max sube hasta los 7.199 euros. Un precio alto para su segmento.
Si lo comparamos con el resto de rivales en la categoría de 300-350 cc para ponerlo en perspectiva tenemos a su rival más directo, el Honda Forza 350 que cuesta 6.350 euros. Por debajo nos encontramos otros como el Kymco X-Town 300 por 4.699 euros, el Zontes E350 por 5.087 euros o el SYM Cruisym Alpha 300 por 5.799 euros. Todos son más baratos, pero también menos equipados o con acabados no tan top como el de los diapasones.
En cualquier caso el Yamaha XMAX 300 Tech Max no quiere venderse como un scooter barato, ni entrar en una guerra de precios, ni nada parecido. El XMAX 300 Tech Max quiere ser sencillamente el mejor de la categoría.
Yamaha XMAX 300 Tech Max 2023 - Valoración
7,5
A favor
- Motor muy solvente
- Calidad de acabados
- Bien equipada
- Hueco para dos integrales y más
En contra
- Precio alto
- Freno delantero justo
- Suspensión trasera seca
- Pantalla no regulable sin herramienta
Yamaha tiene un objetivo claro: ofrecer a sus clientes la oferta más amplia posible de scooters, desde urbanos sencillos hasta los más prestacionales y lujosos. Con el TMAX como el rey del mercado, este XMAX 300 Tech Max busca conquistar a ese mismo perfil de cliente que quiere lo mejor, pero que no le hacen falta tantas prestaciones.
Así desde Iwata llega esta variante más equipada y con un nivel de acabados superior para un scooter que siempre ha ido muy bien y al que ahora se suma un nivel de calidad inédito.
Se ha buscado que sea más lujoso, y los japoneses lo han conseguido. Es complicado encontrar rivales en el segmento de scooter de 300-350 cc que estén a la altura, aunque claro, también hay que pagarlo y el XMAX 300 Tech Max es más caro que la media.
Yamaha XMAX 300 Tech Max 2023 - Ficha técnica
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motor |
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Tipo |
Monocilíndrico de cuatro tiempos con cuatro válvulas por cilindro y refrigeración líquida |
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Cilindrada |
292 cc |
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Potencia máxima |
27,6 CV a 7.250 rpm |
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Par motor |
29 Nm a 5.750 rpm |
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Diámetro x carrera |
70 x 75,9 mm |
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Inyección |
Electrónica |
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Transmisión |
Variador continuo |
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CHASIS |
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Tipo |
Tubo de acero |
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Suspensión delantera |
Horquilla telescópica, 110 mm de recorrido |
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Suspensión trasera |
Doble amortiguador, 79 mm de recorrido |
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Rueda delantera |
120/70-15 |
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Rueda trasera |
140/70-14 |
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Freno delantero |
Disco de 267 mm. ABS |
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Freno trasero |
Disco de 245 mm. ABS |
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DIMENSIONES Y PESOS |
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Peso en orden de marcha |
183 kg |
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Longitud |
2.180 mm |
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Anchura |
795 mm |
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Altura |
1.410 - 1.460 mm |
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Altura del asiento |
795 mm |
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Distancia entre ejes |
1.540 mm |
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Depósito |
13,2 litros |
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PRECIO |
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7.199 euros |
Los gastos asociados a esta toma de contacto han sido asumidos por la marca. Para más información, consulta nuestra guía de relaciones con empresas. El equipamiento utilizado durante la prueba ha sido: Nexx X.R3R, cazadora Rev'It! Traffic H2O, pantalones Racered Raptor, botas XPD X-Village y guantes Knox Handroid Pod.