Seguimos avanzando kilómetros encima de la Harley-Davidson XL 1200CA Custom Limited en esta ocasión por carreteras amplias de varios carriles por sentido y esas cosas con quitamiedos a los lados a las que no se puede llamar curvas. Con la excusa en mente de ir a ver a unos amigos que se han ido a vivir al quinto pino de la Comunidad de Madrid probaremos el comportamiento de esta americana durante unos pocos cientos de kilómetros más. Vamos al lío.
Harley-Davidson XL 1200CA Custom Limited: escueta viajera
Después de ver que en carreteras nacionales y comarcales esta H-D XL 1200CA se siente más feliz que un gorrino en el barro como pez en el agua, me hice la idea de que en autopistas sería aún más cómoda, pero me equivoqué. Pero a ver, antes de que salten las alarmas, no quiero decir que sea incómoda en autopistas y viajes largos, sino que todos estaremos más contentos si hacemos los desplazamientos de ocio por carreteras secundarias.
La postura es buena, bastante cómoda de hecho y el asiento te recoge muy bien apoyando el trasero en el ligero altillo que tiene para diferenciar las dos plazas. Pero la espalda la llevamos tan recta y los brazos tan estirados que, a 120 kilómetros por hora constantes, tendremos que hacer más fuerza hacia delante de la habitual con el cuello para mantener la cabeza en su sitio. La única solución que encontré fue bajar el ritmo y circular más relajado, y aun así ha sido la moto que últimamente me ha hecho tener más dolor cervical.
Otra de las pegas que pude apreciar es que el sonido del motor se vuelve monótono y puede aburrir a las ovejas cansar psicologicamente nuestras neuronas. Por eso prefiero que podamos escuchar el gorgoteo de este gran bicilíndrico en retenciones y disfrutando del placer que supone conducirla mientras retumban sus bonitos escapes cromados.
Las suspensiones hacen buenas migas con los generosos perfiles de los neumáticos, por lo que tendremos una total absorción de las irregularidades del asfalto. Aunque habrá que tener cuidado si conocemos la carretera y sabemos que hay baches muy pronunciados, porque con toda la masa de la moto podemos llegar a hacer algún incómodo tope con la suspensión trasera, además de que si los cogemos en curva tenderá a salirse de la trayectoria. Lógico con su peso y características.
Cuando llevamos ya largo rato en la ruta y decidimos adoptar un ritmo relajado viendo pasar los kilómetros y el paisaje, entraremos en un estado zen que nos hará comprender que hay motos en las que las prisas no llevan a ninguna parte. El regusto de llegar a tu destino después de haber recorrido equis kilómetros, con la satisfacción de haberlos recorrido como uno de aquellos motociclistas pioneros que rodaban por las inmensas carreteras americanas, te hace instintivamente pensar en pedirte una Fanta un whisky de Tennessee en el antro más próximo.
Harley-Davidson XL 1200CA Custom Limited: cómoda, agradable y resbaladiza a dúo
Volvemos a casa para recoger a nuestro copiloto oficial, quien camina feliz hacia el garaje al saber que no sufrirá por tener que hacer contorsionismo en esta ocasión. El acceso es sencillo, sólo hay que subirse al asiento corrido, situado siguiendo la línea del guardabarros trasero, y dado que la altura general es bastante reducida no nos hará falta la escalera plegable.
Una vez arriba sus posaderas nos dicen que el mullido es generoso pero con cierta inclinación hacia atrás. Las estriberas quedan en una posición muy natural y sólo hay que dejar caer los pies para encontrar sus apoyos con las rodillas poco flexionadas. Con todo el mundo en su sitio metemos primera y emprendemos la marcha. Con las primeras aceleraciones posiblemente nuestro acompañante se sobresalte al ver que la inclinación del asiento intenta convencerle de que estará más cómodo en el portamatrículas.
Las estriberas están como es habitual cubiertas de goma, lo que enfatiza la comodidad por la ausencia de vibraciones que a penas llegan a la parte de atrás, así que en la plaza trasera la vida será todo lo placentera que puede ser la estancia en una motocicleta. La única pega es que el asiento al ser tan largo deja mucho hueco libre entre piloto y copiloto, lo que favorece las turbulencias entre ambos.
Casualmente coincidió que uno de los días en los que usamos la Harley-Davidson XL 1200CA Custom Limited a dúo también fue el más ventoso de los últimos meses y el efecto veleta se vio bastante acentuado. Los días de climatología más favorable y a las velocidades cómodas que esta moto necesita nos hará a los tres (piloto, copiloto y máquina) felices por acercarnos al verdadero placer de conducir y viajar en una custom auténtica cuyo único objetivo es moverte con el estilo que sólo las creaciones con más solera saben lucir.
Para rematar la semana, el viernes le toca el turno a la valoración final de esta H-D XL 1200CA Custom Limited y su correspondiente galería de imágenes.
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