Bien podría ser la actitud de los motoristas un buen indicador del nivel de civilización de una población. Los hay donde las leyes de tráfico son casi inexistentes y donde los motoristas campan a sus anchas; y otros donde, aun habiendo ley y cierto comportamiento cívico generalizado, hay ovejas negras.
El caso de hoy es más cosa de hormonas y juventud. Un chaval en su 50 cc a escape libre se encuentra con la policía. Y lejos de huir para no ser descubierto por el escandaloso escape de su moto... Les vacila. Pero le sale el tiro por la culata. Y es una lección épica.
Pillada épica en mitad de la calle con su moto a escape libre
Joven en una moto de 50 cc, haciendo ruido por mitad de una ciudad, cámara en casco... Es el cóctel perfecto para acabar engrilletado o con una orden de búsqueda. Y casi que sí. Los hechos grabados desde la cámara 'on-board' tienen lugar en Suecia.
En plena calle céntrica, el chaval aparece en una plaza con su moto y se encuentra a la policía. Lejos de achantarse por lo evidentemente ilegal de ir con su pequeña moto con escape libre, decide saludar a la policía. Ni tan mal. Pero no acaba ahí la cosa; más bien, empieza.
Así que se pone a dar acelerones a la moto. El estruendo es evidente. ¿Qué hace la policía? Prefiere evitar una disputa y opta por irse, a pesar de ser conscientes de la presencia del chaval. Hayan actuado bien o mal, se marchan con el coche patrulla.
Y adivinen quién va detrás: el joven en moto. Su decisión por marear a los policías es incontestable. Ahí que va, pinchando el embrague y acelerando en vacío para hacer ruido con el escape; una actitud, a todas luces, provocativa. Pero no consigue atrapar la atención de los agentes, que continúan con su trayecto.
Hasta que, de repente, giro dramático de los acontecimientos: se le para la moto al chaval. Se baja de ella, nervioso porque los agentes se han dado cuenta, y comprueba que se le ha salido la cadena de la moto.
A todo esto, los agentes deciden dar marcha atrás al haberse percatado de que al chaval se le ha parado la moto. Momentos de tensión. Y el vídeo se corta ahí, pero te podemos contar el final: consigue poner la cadena de la moto en posición y acaba escapando de ellos.
El susto que se llevó el chaval antes de cometer otra ilegalidad y escaparse de ellos es una lección para toda la vida: mejor no jugar con el destino, ni con la policía, porque el destino te puede jugar una mala pasada.
Fotografía: YouTube