En nuestro amado mundo existen unos cuantos afortunados con la posibilidad de rodar y montar en algunas de las motos más importantes de la historia. Apuesto a que si hiciéramos una encuesta entre todos nosotros, una de las motos que más se repetiría sería la Britten V1000. Como sabéis, esta V1000 es la obra maestra de un neozelandés llamado John Britten(parte I y II) que en 1992, habiendo fundado ya la compañía con su nombre, sacudía el camino marcado hasta la fecha. Para hacernos una idea, estamos hablando de una moto que alcanzaba los 170 cv con motor bicilíndrico y se quedaba en 138kg… en una época donde la máxima expresión de la deportividad estaba marcada por la Honda CBR 600F o la Kawasaki "Telefónica".
Guy Martin, durante una de sus visitas a las islas, pudo quitare la espinita en las instalaciones del circuito de Manfeild:
"Desde el día en el que fui consciente de la existencia de las motos, desde que era una crío, supe de la Britten. Siempre pensé que este tipo era un genio. He leído todos los libros, ojeado todas las fotos… pero sólo la he visto en carne y hueso durante el año pasado en el GP del Ulster."
Todo esto hay que debérselo a Kevin Grant, dueño de una de estas unidades desde hace 17 años. La compró por un precio que rondaba los 150.000 dólares, aunque indica que bien podría superar el millón en la actualidad (aunque no especifica si hablamos de la moneda kiwi o de dólares americanos). Esta unidad en concreto fue la que logró finalizar el Tourist Trophy. Guy, con la cara que cualquier otro amante de las motos tendría, parece sorprendido por la escasa transición entre la frenada y la conducción en sí, como si fueras sobre una alfombra mágica.
En uno de los canales de noticias de Nueva Zelanda tenéis también disponible un reportaje sobre el evento y una entrevista al completo con el piloto inglés.
Vía | 3News