"El mundo ha sido hecho por los locos para los cuerdos", decía Oscar Wilde. En cierto modo podemos adaptar esta célebre frase a los amantes del motociclismo y esas creaciones tan exageradamente locas pero interesantes y divertidas.
Si bien la escena de los preparadores ha cambiado mucho en esta última década, había una época a principio de los 2.000 que consistía en echarle imaginación a una moto y crear absolutas genialidades. Por ejemplo, la Dolmette, una moto que utiliza doce motores de motosierra y que tiene unas cifras de escándalo: 170 CV. Más que una Hayabusa de la época.
Cinco velocidades y caja de cambios Harley-Davidson
Para ponernos en contexto, cuando hablamos de creaciones locas nos referimos a auténticas barbaridades sobre dos ruedas, como aquel británico que construyó una Kawasaki con 4.200 cc y 48 cilindros de la que hablamos hace poco.
¿Locura o genialidad? Ambas. A su altura bien podría estar la protagonista de hoy, la Dolmette. Una moto con casi 20 años que rescatamos de la hemeroteca de YouTube para conocer en profundidad, porque una moto con 24 motores de motosierra lo merece, ¿no?
Su padre es Rötger Feldmann, un dibujante alemán cuya musa eran las motos y su lienzo era un papel en blanco. Feldmann fue el creador de Werner, un popular personaje alemán de animación. Imaginaba motos raras y estrambóticas; hacía ironía con la estricta TÜV, la inspección de vehículos alemana.
El dibujante amaba las motos, pero no era mecánico, ni piloto, ni nada relacionado con las motos más allá de que le gustaban. En uno de sus lienzos nació la Dolmette, moto que construyó en 2004 utilizando una idea previa que tuvo con otra moto, la Red Porsche Killer (una moto con muchos caballos y apariencia dantesca).
No se le ocurrió otra cosa que poner motores de motosierra Dolmar (una marca alemana), cada uno de ellos de 160 cc y dos tiempos. Entre todos ellos tenían una cilindrada combinada de 1,9 litros y 170 CV de potencia. Para ponernos en contexto, 2004, Suzuki comercializaba la Hayabusa con una potencia de 175 CV.
No contento con el dibujo, Feldmann convenció a la empresa que comercializaba las motosierras (Dolmar) para construir la moto, y lo consiguió. Incluso se ocuparon de patrocinar la moto con publicidad a cascoporro (como puedes ver arriba).
Este monstruo del par motor transfería la potencia de los motores a una caja de cambios de cinco velocidades de una Harley-Davidson a través de 12 correas dentadas. Luego, cada motor tiene que ser arrancado individualmente... Y sí, es como pensabas, exactamente igual que en una motosierra: a tirón. Imagínate los 12 motores ronroneando al mismo tiempo (y el brazo de quien tenga que arrancarlas).