No sabría decir porqué. Decir porqué me gustan las motos. Porqué prefiero ese peligroso e incómodo transporte a los confortables asientos de un coche o a su aire acondicionado y radio. Lo he intentado explicar muchas veces, y nunca me han llegado a comprender. Seguramente sólo la gente como tú y yo nos podamos entender. Pero hay otra clase de persona que no sólo nos entiende, sino que eleva nuestros sentimientos a la enésima potencia: el piloto. Es aquel que siente dentro de él la insaciable necesidad de correr, de competir, de buscar constantemente un límite que es encontrado, quizás, demasiadas veces. Son personas que juegan a diario con la muerte por saciar su naturaleza, son los gladiadores de nuestro siglo.
No quiero desmerecer a nadie ni entrar a valorar situaciones que siquiera conozco, pero dentro de ese grupo de pilotos seguramente podamos diferenciar a uno de MotoGP de uno amateur o profesional de road races. Es quizás en estos últimos donde encontramos la máxima expresión del gladiador moderno, del piloto puro que encuentra en sitios como la Isla de Man y su Tourist Trophy su hogar. Gente como John McGuinness, Guy Martin, Antonio Maeso o Conor Cummins. Siendo éste último a quien quería llegar. Original de la famosa isla, Conor sufrió un espeluznante accidente en el TT de 2010 a más de 240km/h y, como Martin, se ha convertido en el mejor ejemplo de superación y lucha.
Cummins sufrió la fractura de cinco de sus vértebras, varias de ellas hechas auténtica papilla, necesitando una operación de 11 horas de duración para estabilizar la espina dorsal. El brazo izquierdo tuvo que ser prácticamente reconstruido con dos placas y 16 clavos distribuidos a lo largo de sus huesos siendo la zona del codo la más complicada de la operación. Fue, según Conor, un post operatorio muy doloroso a pesar de pasar gran parte del tiempo adormilado por los numerosos calmantes. Para que os hagáis una idea, en octubre recobró la sensibilidad en la mano y a mediados de enero pudo dar los primeros pasos sin ayuda.
Sin embargo el piloto de Man volvió a la acción en casa y aunque dos fallos mecánicos evitaron que terminara las primeras carreras logró un duodécimo puesto en Superstock y una meritoria sexta plaza en la segunda carrera de Supersport. Después de ver su caída y sus consecuencias resultará para muchos incomprensible que haya seguido corriendo. Para aquellos que no lo entiendan, sólo puedo decir; es un piloto de motos, es un gladiador.
Foto vía | Conorcummins.com
Vídeo | Youtube
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