Adivinen qué va a pasar un par de segundos después de esta instantánea. El cómo no hacer un caballito ya lo podéis imaginar; no en la vía pública, no sin las protecciones mínimas, no sin un poco de sentido de común. Y es que cuando la tontuna se apodera de una moto casi cualquier cosa puede ocurrir.
Y el cuando… bueno, en ocasiones parece que todavía exista algún tipo de competición entre Rusia y Estados Unidos. De alimentar el mito de los Vladimir y los Dimitri ya se encarga Josep Camós (quién nos ha mandado la pista, ¡merci!) con Rusiapasión, lamentablemente los yankis no tienen aún su propia sección, pero sus protas malotes con tatuajes, motos echadas a perder y una extraña falta del mínimo sentido del peligro (llámalo arácnido) produce situaciones como las de hoy.
Esperamos, amigo motero, que la próxima vez que salgas con los amigos a partir la pana y se te crucen los cables mires primero qué tienes delante. En el fondo, un coche patrulla es lo mejor que te podría haber pasado.