Jamás se nos podría ocurrir que veríamos algo más bestial que cuando estos dos cazurros se metieron con sus dos Honda GoldWing a hacer motocross sin ningún tipo de miramiento por las mecánicas de estas motos casi clásicas.
Sin embargo, los rusos en esto de poner al límite las mecánicas son algo para dar de comer aparte. Hasta tal punto que incluso parece que nos han recordado que las motos eléctricas no solo sirven para que no nos preocupemos por la contaminación, sino para meter un vehículo de dos ruedas hasta hacer submarinismo en un lago sin que pase nada, algo muy distinto a lo que ocurriría con una moto de combustión.
La moto eléctrica rusa que sabía 'bucear' y que no moría en el intento
Es la compañía rusa Milandr SM, encargada de crear motores eléctricos, la que ha publicado en YouTube este vídeo en el que muestra las lindezas de su moto eléctrica para divertirse en offroad, la Milandr SM 250, capaz de alcanzar los 120 km/h, acelerar de 0 a 100 km/h en 4 segundos y con unas baterías con una capacidad de 6,6 kWh. Nada mejor que meterla en todo tipo de terrenos para comprobar hasta dónde es capaz de llegar su creación.
Sin duda, confiaban en su producto. La grabación empieza con dos pilotos encima de sus monturas a saber en qué bosque. Todavía nos sigue llamando la atención que solo se oiga su motor eléctrico en lugar del típico de dos tiempos. Más pruebas: piedras, rampas, arena, troncos gordísimos... nada parece ser suficiente para estos juguetes movidos por baterías.
Así hasta que llegan a la temida agua. No es un pequeño barrizal, ni un poco de agua estancada lo que se graba desde un dron sino una especie de lago con más profundidad de la que imaginábamos a primera vista. La primera prueba sale en el minuto 1:20 cuando el piloto le echa valor y se mete sin miramientos hasta el fondo. Su intención es cruzar el lago con la moto.
Hay que reconocer que la imagen es espectacular: ver a un ruso toreando el agua como si fuese un pequeño riachuelo hasta que no puede más y se queda atascado en mitad del líquido elemento; y que de la moto solo se ve el número y la parte alta del manillar. Incluso en esa situación el motor no se ha parado ni ha dejado de funcionar. El culpable ha sido la ingente cantidad de fango que ha bloqueado la rueda trasera.
La moto funciona así que lo vuelven a intentar y es cuando el piloto consigue la hazaña allá por el minuto 2:35 del vídeo. Sin duda el toque de humor de la música clásica (parece que estuviésemos en el concierto de año nuevo) sumado a las buenas imágenes sacadas desde el dron hacen que sea un vídeo que dan ganas de ver varias veces. Por cierto, atención al detalle en el minuto 3:14 en el que Ígor (pongamos un nombre ficticio), ataviado con una camiseta negra, sale en plano y destroza por breves instantes el momento épico de Gorvachev (permítasenos otro nombre inventado).
Más adelante Gorvachev sigue intentando algunas pasaditas en las que va directamente a parar al agua. Ya se ha bañado para todo el mes y, mientras, el dron se lo pasa en grande a pocos metros del bañista atemporal. Pero faltaba la guinda del pastel, cuando la moto va directamente al fondo del lago y nuestro querido Ígor la rescata con una barca y ¡oh sorpresa! la moto eléctrica sigue funcionando como si no hubiese pasado nada. El mítico water resistant ya ha pasado a un segundo plano a partir de ahora con esta máquina de dos ruedas rusa.
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