Una vez más, en mi cruzada personal para daros a conocer, dándole la importancia y la relevancia que se merecen, algunos de los lugares, talleres, fabricantes o motos que tenemos en nuestro propio país y que muchas veces pasan desapercibidos por la cercanía. Os traigo en esta ocasión una estación de servicio muy especial. ¿Y qué tiene de especial una gasolinera?, os preguntaréis, si simplemente es un lugar donde repostar y continuar ruta. Pues continúa leyendo y lo descubrirás.
En esta ocasión nos encontramos en un pequeño municipio junto a Salamanca llamado Villares de la Reina y al comienzo de su travesía, ya nos llama la atención un bonito edificio de acero inoxidable y cristal que se levanta junto a una estación de servicio de Repsol. Allí precisamente es donde vamos a detenernos para observar con atención la estación de servicio Garmar. Uno de esos sitios, que mires donde mires, no deja de sorprenderte por el cuidado y detalle que se ha puesto en cada rincón.
Así, según nos vamos aproximando vemos que en la cubierta de los surtidores se alzan unas bonitas plantas junto a varios cilindros de luz naranja, sin duda algo que nunca he visto en ninguna otra estación de servicio. Un surtidor antiguo en medio de unos pequeños jardines y un gran árbol cuyo tronco por la noche está rodeado de miles de luces son otras de las vistas que tienes justo antes de ir a repostar.
Como no podía ser de otra manera, la decoración de la tienda, los box de lavado e incluso los vinilos de las cristaleras, te llevan muchas veces a darte cuenta que pareces como hipnotizado, sin poder quitar ojo descubriendo nuevos detalles cada vez que tu mirada avanza. El cartel indicador en acero inoxidable colocado junto a la carretera ya nos anuncia de una manera muy original con unas cuantas distancias kilométricas a ciudades que estamos también frente a una “electrolinera”.
Si todo esto lo podemos ver en el exterior, imaginaos nada mas cruzar las puertas de cristal de la tienda lo que nos podemos encontrar. Neones, estanterías de formas y luces nada convencionales y gran cantidad de productos a nuestro servicio. Pero además de todo esto, si observamos con atención, veremos un cierto toque motero en detalles como ese casco de trial en una estantería o por ejemplo la posibilidad de comprar en la tienda la edición especial 50 aniversario del libro “Operación Impala”.
Además, lo mejor es que además de ofrecerte todo esto, solamente tienes que aparcar junto al surtidor y pedir el carburante que quieres, ellos te lo sirven. Eso si, sin empleados de los que escurren las gotas de la manguera a golpecitos contra el depósito de nuestras motos. Incluso si tienes mascota, como podéis comprobar en las fotos, ella también se va a sentir plenamente atendida con comida y agua a discreción.
Si tenéis la oportunidad, no dudéis en acudir a repostar allí y si es por la noche mejor, ya que la veréis en todo su esplendor llena de luces y neón.
Más información | Estación Garmar