En Alemania ya es apodado el "Rambo de Rüsselsheim", y con razón. A un motorista alemán le ha caído una de las multas más grandes y épicas de toda la historia que tendrá que estar pagando, como mínimo, durante los próximos tres años.
¿Su penitencia? Haber vacilado a un radar día sí, día también. Le gustaba pasar a más de 100 kilómetros por hora por un radar limitado a 50 km/h. Hasta que le acabaron trincando.
Se pensaba que el radar no le iba a saltar porque iba en moto
La historia de este particular "Rambo" arranca el pasado verano, concretamente en julio. Entonces, con su moto, le dio por pasar por un radar de 50 km/h a más de 100 km/h. Pero no una, ni dos, ni tres, sino unas cuantas: 131, 126, 123 y 119 km/h fueron algunas de las tomas del radar.
No contento con ello, pasó por otra zona todavía más limitada. El flash saltó a 61 km/h en una zona residencial de 30 km/h.
Y así fueron pasando los días, y las semanas... Y nuestro protagonista "Rambo" le cogió el gusto a saltarse el radar. La policía llegó a contabilizar un total de 15 infracciones, llegando a ser capturado en más de una ocasión en un mismo día.
¿Su idea? Pírrica. Se pensaba que el radar no le iba a saltar porque iba en moto, y como las motos no tienen matrículas delanteras... Aleluya. Pero no: "Los radares solo captan matrículas delanteras, y yo llevo una moto, así que soy invisible", justificó a la policía.
La policía fue a por él un día de caza, y lo acabó cazando: "No pensé que me fueran a pillar", dijo cuando los agentes le enseñaron la ristra de fotografías que tenían de él.
Al final le cayeron 15 infracciones de tráfico, lo que supone la pérdida del carnet porque son 22 puntos menos. Y teniendo en cuenta que en Alemania con ocho te quedas sin carnet... Además, la multa es sustancial: 17.000 euros y tres años sin permiso de conducir.