Hace un mes os anunciábamos que la FIM iba a revisar el procedimiento de homologación para que una marca pudiese competir en Superbikes. El objetivo era en un primer lugar, permitir la entrada de Bimota y a la vez, dejar también la puerta abierta a otros fabricantes que pudiesen estar interesados en participar. Porque atrás ha quedado la época en la que una nave se llenaba con cientos de Foggy Petronas FP1 sin dueño por el simple hecho de conseguir la homologación.
Hasta la fecha, si un fabricante quería competir en el Campeonato del Mundo de Superbikes debía tener 125 unidades fabricadas antes de la homologación y comprometerse a tener 500 el 30 de junio, 1.000 a finales del año y 2.000 al siguiente año. Pero en vista de las ventas, los requisitos son ahora un poco más flexibles y también realistas.
De esta manera, se mantiene el número de unidades mínimo al arranque, 125, pero se reduce el resto. Así, sólo será necesario tener 250 unidades a finales del año y 1.000 al siguiente año. De esta forma se reduce el número total de motocicletas necesarias a la mitad y además, se da el doble de tiempo para conseguirlo. Una medida que puede facilitar la entrada de pequeños fabricantes como el caso de Bimota que nos ocupa.
También se anuncia que habrá cambios en el reglamento que se harán públicos durante este fin de semana, en el cual se está celebrando la primera carrera en Phillip Island. Os mantendremos informados y si es necesario, nos leeremos otra vez el reglamento.
Vía | WorldSBK