La Dirección General de Tráfico sigue velando por la seguridad de todos los conductores en carretera, por eso esta semana nos ha recordado que tanto al volante como al manillar de nuestra moto mejor ir con una tasa de alcohol cero.
No obstante las vacaciones están a la vuelta de la esquina y con el buen tiempo, las comidas que antes se acompañaban de agua, ahora pueden acompañarse de una cervecita bien fresca o un tinto de verano. Para que no tengamos problemas a la hora de conducir, la DGT ha explicado en un reportaje cómo podemos calcular el nivel de alcohol que llevamos en sangre.
La DGT explica cómo estimar el alcohol en sangre con esta regla matemática
Sabemos que conducir bajo los efectos del alcohol puede tener consecuencias muy graves en muchos aspectos, por eso la DGT ha querido concienciar a todos los conductores que a la hora de desplazarnos en nuestro vehículo mejor tener una tasa cero alcohol.
No obstante, si por cualquier razón has bebido y necesitas hacer un cálculo estimado del alcohol que llevas en sangre, la propia DGT nos ha facilitado una ecuación para saber si puedes o no conducir sin rebasar los límites legales impuestos por la ley.
¿Cómo podemos calcular cuánto alcohol hemos ingerido? ¿Y el grado de alcoholemia? ¿Cómo nos afecta?
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) June 10, 2022
Para conducir, mejor ir a #cero. Pero, recuerda que el límite legal de #alcohol en sangre es 0,5 gr/l (0,3 para noveles).
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Para calcular el grado de alcoholemia que llevamos en sangre dependemos de varios factores, entre ellos la cantidad de alcohol puro y el volumen de bebida alcohólica que hayamos ingerido, del peso total que tengamos y del sexo de cada persona.
Alguno es probable que se pregunte porqué la Guardia Civil en los controles de alcoholemia mida el aire espirado para comprobar nuestro estado en un primer paso. La razón es muy sencilla, y es que está comprobado científicamente que existe una equivalencia entre ambas partes, ya que el alcohol de la bebida pasa a través del aparato digestivo a la sangre y llega a todo el sistema nervioso central, afectando a la capacidad para conducir.
Para saber cuanto alcohol hemos bebido tenemos que tener claro varios apartados. Por un lado la graduación del alcohol que estemos tomando, por otro la cantidad que hemos tomado (calculada en centímetros cúbicos o mililitros) y por último la densidad del alcohol (que es de 0,8). Tras saber estos tres aspectos lo único que tenemos que hacer es multiplicarlo todo entre si y el resultado dividirlo entre 100.
Por otro lado tenemos la fórmula para calcular el grado de alcoholemia. En este caso, dividiremos los gramos de alcohol puro ingeridos por el peso (en kilos) del bebedor multiplicado por 0,7 en el caso de los hombre (0,6 en las mujeres, cuya tolerancia al alcohol es menor).
La DGT advierte no obstante que, pese a que llevemos una tasa inferior a las permitidas para conducir los efectos aparecen desde el primer momento. Así, desde 0,3 gr/l y hasta 0,5 gr/l ya se incrementa el tiempo de reacción, comienzan los problemas de coordinación y se subestima la velocidad.
Al superar 0,5 gr/l de alcoholemia, comienzan los problemas de visión y por encima de 0,8, graves problema de atención y coordinación y fuerte somnolencia. A partir de 1,2 gr/l de tasa de alcohol en sangre (0,6 en aire espirado), la conducción se considera delito, penado con entre 3 y 6 meses de prisión.
Como vemos en el cuadro anterior, las sanciones por incumplir las tasas máximas permitidas también dependen del grado del alcohol que llevemos en sangre. Así una persona que esté entre los 0,25 mg/l y los 0,50 mg/l tendrá que pagar una multa de 500 euros y se le restarán 4 puntos del carnet. Al superar los 0,50 mg/l esta sanción se subirá hasta los 1.000 euros y 6 puntos de carnet, mientras que los reincidentes, dependerán de su tasa para la extracción de puntos (moviéndose entre los 4 y los 6) pero con otros 1.000 euros de sanción económica.