Las Vespa son una de las motos más icónicas de todos los tiempos. Hay auténticos fanáticos y coleccionistas ahí fuera; están los que las aman de serie, tal cual salen de la fábrica, otros a los que no les importa cambiarle algún tornillo... Y luego está Mario Kleff, el hombre con la Vespa más bestia del mundo.
Este arquitecto, además del lápiz y el compás, también le tiene cierto cariño a todo lo que lleve un motor, y eso incluye coches y, la protagonista de hoy, una Vespa con un motor V2. Es la 'Black Mamba', y suena a Harley-Davidson.
190 CV para 120 kilos de peso: la Vespa que vuela
Mario Kleff es un arquitecto afincado en Tailandia. Entre sus pasiones: "Un hombre de negocios que cuida de leopardos y construye coches y motos". Y vaya qué motos, pues en sus redes sociales presume de montar en imponentes chopper, en superdeportivas como su Ducati Panigale personalizada, o en Vespa, que es la protagonista de hoy.
En su afán de construir motos, este alemán ha dado a conocer a través de YouTube una de las bestias de su garaje: una Vespa chopper de 2.000 centímetros cúbicos con turbo y refrigeración líquida hecha de arriba abajo por él mismo (más o menos).
En su interior ya no late un pequeño motor de dos tiempos y 98 centímetros cúbicos, como originalmente tiene la moto, sino un V2 de 2,5 litros con la friolera de 190 CV de potencia.
Mario ha demostrado su pasión por las costumbres y las chopper americanas, hasta el de que se hizo famoso allí construyendo motocicletas monstruosas con motores importados de Estados Unidos. Esta le gustó tanto que se la debió quedar para él.
El motor no es de Harley-Davidson, aunque lo parezca. Está basado en su diseño, y se llama '222 Tailandia', modificado por la empresa australiana 'Hy Performance Cycles'. Y eso, enclaustrado en un pequeño scooter de los años '40. Entre sus cualidades, refrigeración líquida, culatas, sincronización de válvulas más alta y relación de compresión de 12,5:1.
190 CV enclaustrados en ese pequeño scooter que poco guarda de la Vespa original. Lo único que queda de ella es el carenado delantero, la tapa del motor y la distancia entre ejes. Y es que hasta la transmisión es nueva, de seis velocidades, obra de un preparador estadounidense. Los frenos de disco tienen pinzas de seis pistones delante y detrás.
Y solo pesa 120 kilos en orden de marcha. Un peso-potencia absurdo que hace que vuele por cualquier carretera. Ver y escuchar a esta joya con ruedas es todo un orgasmo para oído y vista.