Tengo que reconocer que la crónica de la sexta etapa del Rally de Túnez es bastante sencilla de escribir: no hubo etapa. Y os preguntaréis, ¿arena? ¿Agua? ¿Dureza? ¿No habían llegado todos? Pues un poco de todo, aunque el detonante para que no se corriese ayer fue que el fuerte viento de la zona hizo que la carpa donde dormían los pilotos saliese volando.
Al ser una etapa maratón, muy larga, con más de seis horas sobre la moto, obligaba a los pilotos que llegaron al bivouac de Oubari a poner a punto sus motos para el día siguiente. Los que no, tenían que pasar la noche a la intemperie.
Una vez acabado el mantenimiento y de tener listo el road book del día siguiente, todos se fueron a dormir a la carpa de pilotos hasta las 3 de la mañana. Entonces, la carpa salió volando y todos tuvieron que irse a refugiar a la carpa de la organización, que seguía en pie.
Os dejo las palabras de Coma, que describen perfectamente lo ocurrido:
Ha sido una noche increíble. Después de una etapa de ayer verdaderamente dura, con gente que todavía no había llegado hasta esta mañana, han cancelado la especial de hoy. Seguía la tormenta de arena y los helicópteros no podían despegar, pero es que ha sido imposible pegar ojo durante toda la noche. A las tres de la madrugada ha volado la tienda donde estábamos los participantes y hemos tenido que recoger como hemos podido las cosas, porque se las llevaba el viento.
Hoy, etapa todavía en Libia de 410 kilómetros, 397 cronometrados, con arena y dunas.
Vía | NPO