
El regreso de Marc Márquez a lo más alto del mundial de MotoGP está siendo la gran noticia de la temporada. Que un gran campeón vuelva a ganar tantos años después tiene entusiasmada a parte de la afición, pero también está tapando algunas cosas preocupantes, como un dato que ocurrió en Argentina.
En las últimas cuatro vueltas del Gran Premio de Argentina, tan solo hubo dos adelantamientos. La tónica habitual de las últimas carreras, incluso de las últimas temporadas, es que ya no haya nada en juego en las últimas vueltas de las carreras. Y sin lucha por el título, MotoGP pinta a ser muy poco entretenido en 2025.
Solo dos adelantamientos en las cuatro últimas vueltas en Argentina
Que Marc Márquez esté arrasando en la temporada 2025 de MotoGP tiene un lado bueno y un lado malo. El bueno, que es bonito ver a una leyenda ganar de nuevo tras tantos años de calvario. El malo, que el mundial corre serio riesgo de llegar sentenciado a mitad de la temporada. O espabila pronto Pecco Bagnaia, o no habrá lucha por el campeonato.
Que el mundial quede sentenciado pronto no tendría por qué ser un problema. No lo era en el pasado. Pero en este MotoGP moderno de aerodinámica y presiones de neumáticos, la lucha global se ha convertido en imprescindible por una realidad velada que no se puede ocultar: las carreras aisladas cada vez son menos emocionantes.
El mejor ejemplo lo tuvimos en el Gran Premio de Argentina. En las últimas cuatro vueltas, tan solo hubo dos adelantamientos. Uno de Fabio Di Giannantonio a Johann Zarco por la quinta posición y otro de Raúl Fernández a Fermín Aldeguer por la decimosexta, que acabó siendo decimoquinta por la exclusión de Ai Ogura.
Si abrimos la manga a las últimas cinco vueltas nos encontramos el adelantamiento de Marc Márquez a su hermano Álex Márquez en la cabeza de carrera. Pero ni siquiera fue un duelo: el '93' pasó tras gestionar la carrera y se escapó en solitario sin dar mucha opción de réplica a Álex Márquez.
Una tendencia que se ha extendido de forma dramática a las carreras sprint. Las pruebas cortas de los sábados, que teóricamente serían adrenalina pura porque todos van a tope, se han convertido en batallas que duren una vuelta, y después todo el mundo conserva su posición sin apenas cambios hasta meta.
Son problemas que MotoGP ya viene años arrastrando pero se ocultaban detrás de las luchas por el título. La tiranía Márquez los está sacando a relucir.
Imágenes | Michelin