
La Dirección General de Tráfico (DGT) está de enhorabuena. O eso dicen. Según la última nota de prensa del organismo dirigido por Pere Navarro, España se congratula de ser un "referente en seguridad vial en Europa", con "una tasa de 35 fallecidos por millón de habitantes", por debajo de la media de la Unión Europea (44).
Pero aquí está el problema: mientras presumen de estadísticas, los motoristas siguen dejando su vida en la carretera. 2024 ha sido un año terrible para nosotros: 300 muertos en moto y ciclomotor, exactamente igual que en 2023, que ya de por sí fue un año nefasto y supuso un récord.
En 2024 hubo 300 muertos en moto
El director de la DGT, Pere Navarro, se congratula de que "los datos nos animan a seguir trabajando y nos siguen posicionando como país referente en seguridad vial". Los datos de mortalidad en moto son bien distintos. ¿En qué momento se ha convertido en un éxito que el número de muertos en moto no baje? Aunque la hipótesis principal para por otros derroteros.
Los datos ofrecidos ahora por la DGT hablan de 35 fallecidos por millón de habitantes. Se congratulan de que andan "solo por detrás" de países como Suecia (20), Dinamarca (24), Holanda (31) y Alemania (33) y por delante de países de referencia en seguridad vial como Bélgica (37), Austria (38), Francia (48) e Italia (51).
El Ministerio del Interior hablaba de "estabilidad" en las cifras de siniestralidad. Para los motoristas, la "estabilidad" significa que seguimos muriendo al mismo ritmo que el año pasado. Y ya entonces la cifra fue la peor en años.
Recordemos que el pasado año se contabilizaron 1.040 siniestros mortales en los que fallecieron 1.154 personas y otras 4.634 sufrieron heridas graves que requirieron hospitalización. De ellos, 289 fueron en moto y 11 en ciclomotor: 300 en total, según los datos del ministerio.
Lo más preocupante para los motoristas es que el colectivo representa la mayoría de las víctimas mortales entre los fallecidos vulnerables en un contexto en el que las matriculaciones de moto han aumentado un 7% respecto al pasado año.
Al menos en Europa la tendencia es a la baja. Se estima que en toda la Unión Europea fallecieron 19.800 personas por siniestros viales. Eso es un descenso del 3%, equivalente a 600 vidas menos en comparación con 2023.
El problema son las motos. La DGT lo sabe (y se enfada). Cada año, las motos representan la mayor parte de las víctimas mortales entre los conductores vulnerables. La solución que propone la DGT: endurecer el carnet A, implantar más cursos de recuperación de puntos y hacer obligatorio el uso de más equipamiento.
Todo medidas que ponen la responsabilidad sobre el motorista, pero faltan muchas cosas que arreglar: el estado de las carreteras, la formación de los conductores de coches o la impunidad con la que se siguen haciendo adelantamientos peligrosos a las motos.
Grande-Marlaska ya calificó de "inasumible" la cifra de muertos en carretera. Pero lo cierto es que lo asumen de maravilla, porque las soluciones siguen sin llegar.
La DGT se empeña en presumir de datos que, si se miran con lupa, cuentan una historia muy diferente. Si de verdad quieren que España sea un referente en seguridad vial, deberían empezar por el colectivo que sigue pagando el precio más alto: los motoristas.
Imágenes | DGT y Motorpasión Moto